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Así perciben la música los niños en edad preescolar

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En una sala con paredes color crema, un grupo de niños de entre 3 y 5 años escucha fragmentos musicales de cinco segundos. Algunos mueven los pies al ritmo, otros fruncen el ceño. Frente a ellos, una serie de rostros dibujados muestran expresiones de felicidad, tristeza, calma o miedo. La tarea parece simple: emparejar la música con la emoción correspondiente. Pero lo que revela este ejercicio va más allá de un juego infantil.

Investigadores de la Universidad de Pennsylvania trabajaron con 144 niños del área de Filadelfia para explorar cómo procesan las emociones en la música. Los resultados, publicados en Child Development, muestran que incluso a los 3 años, los pequeños pueden asociar melodías con expresiones faciales mejor que si lo hicieran al azar. La precisión mejora con la edad, pero hay un matice inesperado: aquellos niños cuyos padres los describieron con mayores rasgos de insensibilidad emocional —dificultad para mostrar empatía o culpa— tuvieron más problemas para identificar emociones en general, excepto cuando se trataba de miedo.

"Es sorprendente", comenta Yael Paz, coautora del estudio.

"Investigaciones previas mostraban que estos niños tenían dificultades para reconocer el miedo en expresiones faciales. Pero con la música, esa capacidad se mantuvo intacta". El hallazgo sugiere que las melodías podrían ser una vía alterna para conectar con menores que luchan por interpretar emociones a través de señales visuales.

Rebecca Waller, profesora asociada y autora principal del estudio, explica por qué esto importa: "La música puede ser una herramienta poderosa para la socialización emocional, especialmente para niños que aún están desarrollando su capacidad de expresar lo que sienten con palabras".

El experimento usó clips musicales diseñados para evocar emociones básicas: alegría con ritmos vibrantes, tristeza con melodías lentas en tonos menores, calma con armonías suaves y miedo con disonancias y tempo irregular. Mientras un 78% de los niños de 5 años acertaron en identificar la felicidad, solo el 43% de los de 3 años lo logró. Sin embargo, en el caso del miedo, incluso los pequeños con rasgos de insensibilidad emocular mostraron una precisión similar al resto.

¿Por qué el miedo resulta más reconocible? Los investigadores especulan que podría deberse a que las señales acústicas del miedo —sonidos abruptos, tonos altos— están evolutivamente grabadas en nuestro sistema de alerta. "La música temerosa activa respuestas fisiológicas similares a las que tendríamos ante un peligro real", explica Paz.

El estudio abre preguntas sobre cómo factores genéticos o experiencias tempranas moldean esta habilidad. También plantea posibilidades terapéuticas: si un niño no reconoce la tristeza en el rostro de su compañero, ¿podría hacerlo a través de una canción? Waller adelanta que su equipo ya explora usar la música como intervención para niños con dificultades socioemocionales.

Mientras tanto, en guarderías y hogares, el simple acto de cantar o poner música sigue siendo, quizás sin saberlo, una de las primeras aulas donde los niños aprenden a descifrar eso que no se ve pero se siente.

Como dice Waller: "No subestimen el poder de una melodía. A veces, lo que las palabras no logran transmitir, lo hace un violín".

© SomosTV LLC-NC / Photo: © Demid Druz

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