Alergia infantil a la leche de vaca: Cómo detectarla
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Lucia
La alergia a la proteína de la leche de vaca suele manifestarse durante el primer año de vida, una vez finalizada la lactancia y es la alergia alimentaria más frecuente en niños pequeños. Los pediatras -leemos en Etapa Infantil- estiman que aproximadamente el 2 % de los niños de 4 años padece esta alergia.
¿En qué consiste?
La alergia a la proteína de leche de vaca (APLV) es una reacción de hipersensibilidad a las proteínas lácteas, mediada por un mecanismo inmunológico que provoca una respuesta anormal del organismo y desencadena reacciones adversas.
De hecho, la leche de vaca contiene más de 40 proteínas. Todas esas proteínas son alérgenos potenciales, aunque la sensibilización más frecuente es a la caseína. La beta-lactoglobulina también puede causar alergia porque es más termolábil, de manera que un calentamiento intenso en poco tiempo puede dar pie a que se formen nuevas estructuras inmunológicamente más activas, lo cual aumenta su poder alérgeno.
¿Cuándo aparecen los primeros síntomas?
Los primeros síntomas de la alergia a la proteína de la leche de vaca suelen presentarse durante el primer año de la vida ya que es el momento en que la mayoría de los niños comienzan la lactancia artificial. En ocasiones, la primera señal de que el bebé sufre alergia a la proteína de la leche de vaca es el rechazo intenso a las tomas de biberón.
La APLV se manifiesta con reacciones de hipersensibilidad, generalmente de manera inmediata tras la ingesta o hasta dos horas después. En el 60% de los casos, los síntomas aparecen tras la primera toma. En algunos niños también pueden aparecer tras haber estado en contacto directo con una persona que ha manipulado leche de vaca y en otros a través de la leche materna cuando la madre lleva una dieta rica en este alimento, aunque es menos usual.
Los principales síntomas
Los síntomas de la alergia a la proteína de leche de vaca varían de un niño a otro: pueden ser leves, como prurito oral, o graves, como choque anafiláctico. De hecho, es importante que los padres sepan que la leche de vaca es uno de los alimentos que causan con más frecuencia reacciones anafilácticas mortales.
En la anafilaxia suelen aparecer síntomas cutáneos como la urticaria y angioedema, problemas digestivos como dolor abdominal, vómitos o diarrea y dificultades respiratorias como disnea, broncoespasmo y hipoxemia. El niño también tendrá síntomas cardiovasculares como hipotensión, y neurológicos como temblores, confusión, convulsiones y síncope.
No obstante, los síntomas cutáneos son los más comunes. En ese caso, los bebés presentarán eritema, a veces con urticaria aguda o angioedema. En otros casos la alergia a la proteína de la leche de vaca cursa con reacciones gastrointestinales, como edema en los labios y la lengua, prurito oral, molestias para deglutir, náuseas, vómitos, dolor abdominal de tipo cólico, diarrea y, ocasionalmente, heces con sangre.
Aunque son menos frecuentes, los niños también pueden desarrollar asma y rinitis secundaria, que se manifiesta como prurito nasal, congestión, rinorrea y estornudos.
¿La APLV es para toda la vida?
La evolución de la alergia a la proteína de la leche de vaca suele ser favorable. Los estudios revelan que el 50 % de los pacientes logran tolerar leche de vaca a los 2 años del diagnóstico y el 80 % a los 3 o 5 años. Sin embargo, aproximadamente el 15 % de los niños con APLV mediada por IgE siguen siendo alérgicos después de los 8 años.
Existen algunos detalles que pueden predecir la cronicidad de la APLV, como el hecho de que comience antes del mes y cause síntomas graves inmediatos con dosis pequeñas. Las reacciones cutáneas muy intensas, la presencia de otras alergias alimentarias, el asma o la rinitis alérgica también son factores que empeoran el pronóstico.
Una vez realizado el diagnóstico de APLV, se recomienda que los bebés sigan con la lactancia materna durante todo el tiempo que sea posible. También se puede sustituir la leche materna o iniciar la lactancia mixta recurriendo a una fórmula.
Photo: © Alexandr33 / pixabay
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