
Acidos grasos omega-3, aliados contra la miopía infantil
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En los hogares de Hong Kong, donde la miopía infantil alcanza algunas de las prevalencias más altas del mundo, un estudio con 1.005 niños de 6 a 8 años está revelando conexiones inesperadas entre la alimentación y la salud ocular. La investigación, publicada en el British Journal of Ophthalmology, sugiere que los ácidos grasos omega-3, predominantemente encontrados en aceites de pescado y pescado azul (sardina, caballa, atún...) podrían asociarse con un menor riesgo de desarrollar miopía, mientras que una alta ingesta de grasas saturadas, presentes en alimentos como mantequilla, aceite de palma y carnes rojas, podría incrementar dicho riesgo.
Los niños participantes, reclutados aleatoriamente del Hong Kong Children Eye Study, fueron evaluados en su visión y sus hábitos dietéticos mediante un cuestionario de frecuencia alimentaria completado con ayuda de sus padres. El instrumento incluía 280 alimentos categorizados en 10 grupos, desde cereales y vegetales hasta lácteos y snacks. Los investigadores calcularon entonces el consumo de energía, carbohidratos, proteínas, grasas totales, grasas saturadas, grasas monoinsaturadas, poliinsaturadas, colesterol y diversos micronutrientes.
Aproximadamente una cuarta parte de los niños (276; 27.5%) presentaba miopía. El análisis mostró que una mayor ingesta dietética de omega-3 se asociaba con una menor probabilidad de padecer la condición. La longitud axial del ojo -medida desde la córnea hasta la retina que indica la progresión de la miopía- fue más corta en el 25% de los niños con mayor consumo de omega-3, incluso después de ajustar por factores como edad, sexo, índice de masa corporal, tiempo dedicado a trabajos de cerca, actividades al aire libre y miopía parental.
De manera inversa, el 25% de los niños con mayor consumo de grasas saturadas presentó las medidas oculares más desfavorables. Ningún otro nutriente mostró asociaciones significativas con la miopía en este estudio.
Los investigadores sugieren que los ácidos grasos omega-3 podrían suprimir el desarrollo de miopía al aumentar el flujo sanguíneo a través de la coroides, una capa vascular del ojo responsable de entregar nutrientes y oxígeno, previniendo así la hipoxia escleral -deficiencia de oxígeno en la parte blanca del ojo que constituye un factor clave en el desarrollo de la miopía.
Aunque el estudio no puede establecer causalidad por su diseño observacional, y los cuestionarios alimentarios dependen de la memoria y solo proveen una instantánea temporal de la dieta, sus hallazgos aportan "evidencia humana de que una mayor ingesta dietética de omega-3 se asocia con una longitud axial más corta y una refracción menos miópica", según concluyen los autores.
La investigación se publica en un momento en que la prevalencia global de miopía sigue aumentando, especialmente en Asia Oriental, con proyecciones que anticipan que alrededor de la mitad de la población mundial estará afectada para 2050. Factores de riesgo tradicionalmente identificados incluyen tiempo excesivo frente a pantallas, insuficiente tiempo al aire libre y susceptibilidad hereditaria, pero la nutrición emerge ahora como un potencial factor modificable adicional a considerar.
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