¿Podemos alimentar el desarrollo cognitivo de nuestro bebé?
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Lucia
En el crecimiento del cerebro y el desarrollo cognitivo del bebé, la nutrición tiene mucho que decir. De alguna manera, tenemos la capacidad de "alimentar" la inteligencia de nuestra niña o niño, en las comidas.
En Eres Mamá nos explican cómo hacerlo.
Grasa omega-3
Los ácidos grasos saturados de la dieta se asocian con un deterioro cognitivo. Sin embargo, hay un ácido graso poliinsaturado y omega-3 que es componente de las membranas del cerebro y ayuda a formar neurotransmisores. Se le conoce como docosahexaenoico o DHA.
El DHA juega un papel importante en la memoria y el aprendizaje. La revista Lancet publicó un estudio en el que se demostró que la suplementación con DHA en el embarazo, la lactancia y los primeros años de vida, mejoró el rendimiento mental de los niños. Entre los alimentos que lo contienen, encontramos los pescados azules (sardina, salmón, bonito, caballa, palometa y jurel, entre otros), los mariscos y los alimentos fortificados.
Minerales
El hierro participa en la síntesis de mielina, que recubre el axón de las neuronas y permite la comunicación entre ellas. Además, se ha encontrado que la anemia por falta de hierro se relaciona con la disminución de la memoria, la concentración y el bajo rendimiento. Por su parte, los suplementos de este mineral mejoran la capacidad cognitiva.
Por otro lado, el yodo es necesario para el correcto desarrollo cerebral y mental. Por ejemplo, algunos estudios encontraron relación entre la deficiencia de yodo durante el embarazo y la deficiencia de inteligencia verbal y de lectura en la infancia.
Los cereales, las carnes, las legumbres y las hojas verdes se consideran fuentes de hierro. En el caso de los vegetales, los minerales deben ingerirse a través de frutas que sean fuente de vitamina C.
Vitaminas
Las vitaminas del complejo B, como la B1, B6, B12 y B9, son esenciales para el buen funcionamiento cerebral, y muchas de ellas desde el período perinatal. La deficiencia del ácido fólico o B9 se asocia con defectos del tubo neural. Por su parte, las vitaminas B6 y B12 se utilizan en la producción de neurotransmisores.
La deficiencia de la vitamina D también se ha relacionado con alteraciones en la función y el deterioro cognitivo. Por su parte, la colina forma el neurotransmisor acetilcolina y los fosfolípidos de la membrana celular. De acuerdo a un estudio, una ingesta adecuada de colina en las madres durante el embarazo se relaciona con una mejora de la memoria de sus hijos durante la etapa infantil.
Estas vitaminas se encuentran en vegetales, como semillas, legumbres y cereales. La B12 es aportada por las carnes rojas, los pescados, el pollo, el huevo y la leche. Por eso, esta última debe ser suplementada en las dietas veganas.
Antioxidantes
Los antioxidantes naturales, como las vitaminas C, E, beta-carotenos, zinc y selenio, evitan el deterioro cognitivo producido por el estrés oxidativo. Estos se consideran protectores de las neuronas. Además, la vitamina C ayuda en la producción de neurotransmisores, al igual que el zinc. Este último se asocia con problemas de memoria y aprendizaje.
Los vegetales y las frutas frescas de color amarillo y naranja se consideran las mejores fuentes de betacarotenos. La vitamina C se encuentra en fresas, guayaba, pimientos, kiwi, cítricos, perejil y brócoli. En cambio, la vitamina E o tocoferol, predomina en las semillas oleaginosas. Además, el zinc y el selenio, están presentes en cereales, legumbres y semillas.
Probióticos y prebióticos
Los probióticos son bacterias beneficiosas con las que se preparan algunos alimentos y crecen en el intestino de manera exponencial cuando se consumen ciertos nutrientes llamados prebióticos. Los probióticos pueden proteger al cerebro durante todo su desarrollo y permitir la modulación de la microbiota intestinal.
La nutrición es clave para el desarrollo cognitivo
La nutrición es un factor de suma importancia para el desarrollo cognitivo del bebé. Así, son varios los nutrientes que permiten el buen desarrollo cerebral y la síntesis de sustancias químicas asociadas con el aprendizaje, la memoria, la atención y la comprensión.
Mantener una alimentación completa, de calidad, equilibrada y saludable, que haga énfasis en algunos nutrientes específicos es clave. En este sentido, la ingesta de antioxidantes, vitaminas C, E, D, complejo B, zinc, hierro, yodo, triptófano y omega-3, garantizará que nuestros bebés tengan un excelente desarrollo cognitivo.
Photo: © Andrea Piacquadio / Pexels
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