Las fuentes de contaminación interior que liberan gases o partículas en el aire son la causa principal de los problemas de calidad del aire interior en los hogares de este país. Hay muchas fuentes de contaminación del aire interior, desde los materiales de construcción y los limpiadores domésticos hasta los contaminantes biológicos, como los ácaros del polvo y la caspa de las mascotas. La Agencia de Protección Medioambiental de EEUU (EPA por sus siglas en inglés), desgrana las características de esos contaminantes que se ocultan en tu casa y pueden generar problemas a toda la familia y especialmente a los más pequeños.
Asbesto
El asbesto es una fibra mineral que se encuentra en la roca y el suelo.
Debido a la fuerza de su fibra y a su resistencia al calor, se ha
utilizado en una variedad de materiales de construcción para el
aislamiento y como retardante de fuego. El asbesto se ha utilizado en
una amplia gama de productos manufacturados, sobre todo en:
Materiales de construcción:
Tejas para techos
Baldosas para techos y suelos
Productos de papel
Productos de cemento de asbesto
Productos de fricción:
Embrague de automóvil
Freno de automóvil
Piezas de transmisión
Tejidos resistentes al calor
Empaques
Juntas
Revestimientos
Las concentraciones elevadas de asbesto en el aire pueden producirse
cuando los materiales que contienen asbesto son cortados, lijados u en
otras actividades de remodelación. Los intentos inadecuados de eliminar
estos materiales pueden liberar fibras de asbesto en el aire de las
viviendas, aumentando los niveles de asbesto y poniendo en peligro a las
personas que viven en ellas.
Contaminantes biológicos
Los contaminantes biológicos son, o son producidos por, seres vivos. Los
contaminantes biológicos se encuentran a menudo en zonas que proveen
alimento y humedad o agua. Los contaminantes biológicos incluyen
bacterias, virus, caspa de animales y saliva de gatos, polvo doméstico,
ácaros, cucarachas y polen. Hay muchas fuentes de estos contaminantes.
Al controlar el nivel de humedad relativa en una casa, se puede
minimizar el crecimiento de algunas fuentes biológicas. Por lo general,
se recomienda una humedad relativa del 30 al 50 por ciento en los
hogares. El agua estancada, los materiales dañados por el agua o las
superficies húmedas también sirven de zona de reproducción para los
mohos, los hongos, las bacterias y los insectos. Los ácaros del polvo
doméstico, fuente de uno de los alérgenos biológicos más potentes,
crecen en ambientes húmedos y cálidos.
Los niños, los ancianos y las personas con problemas respiratorios,
alergias y enfermedades pulmonares son especialmente susceptibles a los
agentes biológicos en el aire interior que causan enfermedades.
El moho, los ácaros del polvo, la caspa de las mascotas y los
excrementos o partes del cuerpo de las plagas pueden desencadenar el
asma. Los contaminantes biológicos, incluidos el moho y el polen, pueden
provocar reacciones alérgicas en una parte relevante de la población.
Monóxido de carbono (CO, por sus siglas en inglés)
El monóxido de carbono es un gas inodoro, incoloro y tóxico. Como es
imposible ver, saborear u oler los gases tóxicos, el CO puede matarle
antes de que usted se dé cuenta de la presencia del monóxido de carbono
en su casa. El CO puede venir de diversos aparatos de combustión, como
estufas de gas, hornos o barbacoas. El CO puede acumularse rápidamente
en el interior de la vivienda y puede permanecer durante horas en la
misma y, a niveles elevados, puede causar daños severos e incluso la muerte.
Photo: © Harald Weber / wikimedia
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