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El juego une a las familias con niños en las Fiestas Navideñas

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La temporada navideña puede traer consigo una agenda cargada de compromisos, reuniones y preparativos. Para muchas familias, este ritmo acelerado, unido a la ruptura de la rutina escolar, puede generar estrés y tensión en las dinámicas entre padres e hijos. Frente a este escenario, una técnica desarrollada originalmente para el ámbito educativo está siendo considerada como una herramienta para fortalecer los vínculos familiares durante estos periodos.

Durante más de una década, investigadores de la Escuela de Educación y Desarrollo Humano de la Universidad de Virginia han estado desarrollando y probando un conjunto de prácticas denominado "banking time" (depositar tiempo), diseñado para construir relaciones positivas entre profesores y sus alumnos. Actualmente, un equipo dirigido por Amanda Williford, profesora de Educación Infantil, está probando esta práctica en escuelas de primaria.

En 2020, cuando la pandemia cerró escuelas en todo el país, Williford recomendó que los padres utilizaran esta técnica para reconectar con sus hijos. Ahora, sugiere que puede ser igualmente útil durante las vacaciones de invierno, cuando los niños están en casa por periodos prolongados. "Durante las fiestas, hay muchas demandas tanto para los niños como para los padres", señaló Williford. "Los padres están haciendo malabares con muchas responsabilidades adicionales además de las tareas y trabajos habituales, mientras que los horarios de los niños están menos estructurados. El estrés en los niños y en los padres puede ser alto, y esto es una receta para el conflicto".

El "banking time" está diseñado explícitamente para interrumpir el conflicto en las relaciones entre adultos y niños y restablecer esas conexiones. Williford explica que en casi todos los escenarios de crianza o enseñanza, los adultos están "a cargo" de las interacciones y establecen las expectativas y los criterios de éxito. Al invertir esa dinámica y permitir que los niños dirijan, los padres pueden crear un espacio para conexiones más profundas.

La práctica prescribe que, durante 10 minutos, aproximadamente tres veces por semana, un padre invite a su hijo a pasar tiempo en una actividad elegida por el niño y permita que el niño lidere esa actividad, con el padre tomando un "asiento trasero". La idea es que el niño elija el juego y el padre lo siga. Escuchar y jugar ayuda al niño a sentirse comprendido y a acumular lo que los investigadores llaman "capital relacional".

"Me encanta que el 'banking time' sea tan simple y que, al voltear la estructura de las relaciones entre adultos y niños, ayude tanto a los adultos como a los niños a 'relacionarse' y 'regularse'", dijo Williford.

Durante la ventana de juego de 10 minutos, los padres no tienen que dirigir la actividad de ninguna manera. No necesitan hacer preguntas atractivas ni fomentar el elogio. No tienen que establecer o descifrar las reglas del juego. "Cuando se practica 'banking time', no se intenta enseñar una habilidad en absoluto", aclaró Williford. "Más bien, tu experiencia de estar presente durante un período corto de tiempo puede ayudar a centrarte a ti y a tu hijo y a fortalecer su relación".

Los investigadores sugieren una serie de pasos durante este tiempo. El primero es observar: sentarse y ver cómo el niño se acerca a su juego o actividad. Está bien jugar juntos sin hablar. Observar y escuchar permite que el niño dirija la conversación. El segundo paso es narrar: describir lo que el niño está haciendo, como un comentarista deportivo.

Reflejar lo que dice. Contestar sus preguntas, pero no hacer preguntas ni dirigir la conversación. Jugar junto al niño, sin "superar" su esfuerzo. El tercer paso es etiquetar: expresar los sentimientos que el niño parece estar experimentando. Finalmente, se propone transmitir un tema relacional: expresar lo que el niño podría necesitar más en ese momento, como "Estoy aquí para ti" o "Haces las cosas bien".

Respecto a los materiales para este tiempo de juego, Williford recomienda juguetes y actividades que no tengan reglas establecidas, para que el niño pueda liderar el camino y usar su imaginación. Esto incluiría Legos u otros bloques sueltos, evitando los sets diseñados para construir algo específico. La plastilina o arcilla para modelar, que se puede aplastar, enrollar o dar forma de diferentes maneras, también es una buena opción, al igual que los materiales de arte como papel, marcadores, crayones y pintura. Se sugiere evitar los libros para colorear o los juegos de pintar por números, permitiendo que los niños creen libremente sus propios diseños.

© SomosTV LLC-NC / Photo: © Kids Wish Network

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