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Perder clases por un viaje familiar

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Brandon Cardet-Hernandez, cuya carrera ha transitado desde las aulas de educación especial hasta la presidencia de una empresa de tecnología educativa, no toma a la ligera la decisión de interrumpir la rutina escolar de su hijo. Dos días antes de que comiencen oficialmente las vacaciones de Acción de Gracias, su familia volará a Londres. Pero lo que podría parecer una simple ausencia escolar es, en realidad, una cuidadosa extensión pedagógica. “Estamos sumergiéndonos en la historia del Reino Unido, analizando Londres como entramado urbano y usando mapas físicos para trazar nuestro itinerario”, relata en Parents. “El aprendizaje ya ha comenzado y continuará de forma intensiva durante esos dos días”.

Esta aproximación al viaje familiar refleja una tendencia documentada que gana fuerza. Un informe reciente de la compañía de viajes de lujo Zicasso confirma que las solicitudes de viajes con carácter educativo fuera de la temporada alta se han multiplicado por más de cuatro entre 2023 y 2025. No se trata únicamente de evitar multitudes, sino de buscar una inmersión auténtica. Familias enteras buscan pisar las ruinas de Grecia, Italia o Egipto que han estudiado en libros, o adentrarse en los ecosistemas únicos de las Islas Galápagos, transformando las vacaciones en una lección viva y tangible.

Marci-Beth Maple, cuya labor en Zicasso la sitúa en el centro de esta tendencia, observa dos patrones claros. “Algunas familias optan por estirar los recesos naturales de enero o febrero, añadiendo días sueltos o incluso una semana completa. Otras son más audaces y viajan en pleno periodo lectivo, desafiando la pregunta implícita de su entorno: ¿es esto responsable?”. Maple es clara al respecto: “Lo es, si se hace con una planificación meticulosa”.

Las motivaciones son tan diversas como las propias familias. El factor económico emerge con fuerza. Los precios de los viajes en temporada alta se han disparado, con el spring break de 2025 costando en promedio más del doble que en 2019, según datos de Bloomberg. “Las temporadas bajas no solo ofrecen precios más accesibles, sino la oportunidad de vivir una experiencia de mayor calidad por una inversión similar”, explica Maple.

Además, el cambio climático y las olas de calor récord hacen que muchos padres prefieran evitar los meses de verano, optando por climas más benignos para explorar con niños pequeños.

Para algunos, como el mismo Cardet-Hernandez, se trata de una cuestión de oportunidad y sentido común pedagógico. Para otros, es la única forma de presenciar eventos irrepetibles. Maple relata cómo ella misma sacó a sus hijos del colegio para viajar a Barcelona y ver jugar a Lionel Messi con el FC Barcelona, una experiencia que califica como “invaluable”. Sin embargo, la Dra. Robin Berman, psiquiatra de la UCLA, advierte que la motivación es crucial. “El ‘por qué’ detrás de la decisión es lo que permite sopesar realmente los pros y los contras”, señala. “No es lo mismo buscar una experiencia enriquecedora que utilizar el viaje como una válvula de escape para evitar problemas subyacentes”.

Este matiz es particularmente importante en el contexto educativo actual. Cardet-Hernandez, con su mirada de educador, es enfático: “Conoce a tu hijo, evalúa dónde está. Si tu hijo está luchando académicamente o se está quedando atrás, como le sucede a tantos niños hoy, esto no debería ser la prioridad”. Las cifras le dan la razón: el 40% de los estudiantes de cuarto grado en Estados Unidos se sitúan por debajo del nivel básico de lectura, según la Evaluación Nacional del Progreso Educativo, y el absentismo crónico se mantiene en niveles elevados tras la pandemia.

La Dra. Berman añade otra capa de complejidad: la salud mental. “Muchos padres reportan que sus hijos experimentan ansiedad. La solución no es evitar la escuela, sino enseñarles a navegar esas dificultades”, afirma. “Dicho esto, a veces un reinicio completo, un cambio de escenario, puede ser profundamente terapéutico. No hay una respuesta universal; depende entirely del niño y de la situación familiar”.

Para aquellos niños que están bien posicionados académica y emocionalmente, los beneficios de un viaje educativo bien planificado pueden ser profundos. La Dra. Berman destaca el valor del “aprendizaje experiencial”. “Leer sobre el Coliseo en un libro no se puede comparar con pararse frente a sus piedras, sentir su escala y escuchar los ecos de la historia”, ejemplifica. Además, estos viajes forjan recuerdos familiares indelebles y ofrecen un respiro necesario del ritmo acelerado de la vida escolar y las pantallas. La planificación, coinciden todos los expertos, es la clave que transforma una simple ausencia en una oportunidad educativa.

Cardet-Hernandez enfatiza la importancia de evitar periodos académicos críticos: el inicio del curso, cuando se establecen las rutinas; las épocas centrales de aprendizaje, y por supuesto, los días de exámenes estandarizados. “Cualquier padre puede mirar el calendario e identificar los momentos que son menos cruciales”, aconseja. La transparencia con la escuela es fundamental: “Hablen con los maestros con anticipación. A menudo, se convertirán en sus aliados, sugiriendo el mejor momento e incluso integrando el viaje en el plan de estudios”.

El viaje en sí debe estar imbuido de una intencionalidad educativa. “¿Qué tipo de pensamiento profundo quieres que tu hijo ejercite? ¿Cómo conectas los lugares que visitas con ideas más grandes?”, se pregunta Cardet-Hernandez. Llevar herramientas de aprendizaje, como juegos de vocabelario o apps educativas, puede ayudar a mantener las habilidades afiladas. Y a la vuelta, el aprendizaje no termina. “Hay que encontrar la manera de que el niño memorialice el viaje, que sintetice la experiencia y el conocimiento adquirido”, propone.

Maple atestigua el poder a largo plazo de estas experiencias. Cuando llevó a sus hijos a Egipto, coincidiendo con el estudio de la civilización faraónica en el colegio de su hijo mayor, la historia cobró vida. “Pudo compartir sus fotos y vivencias con una clase llena de compañeros expectantes. Esas experiencias no solo educan; forjan una cultura familiar basada en la curiosidad, la exploración y una conexión empática con el mundo y sus gentes. Como madre, eso es, sin duda, lo que más anhelo”.

© SomosTV LLC-NC / Photo: © Highways Agency

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