
Cuando los datos de los menores se “regalan” en la red
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Los datos personales de nuestros niños no solo pueden ser "robados" por las redes sociales, a veces son los padres o ellos mismos los que inconscientemente los comparten a través de Internet. Un reportaje de Detroit Free Press alerta sobre las precauciones que debemos adoptar.
En el cálido resplandor de una tarde de septiembre, frente a la puerta de una casa con jardín bien cuidado, un adolescente de 14 años sostiene una pizarra blanca donde se lee cuidadosamente: "Primer día de octavo grado - Escuela Secundaria Maplewood - Sr. Henderson - 2025". Su hermana menor, de 16 años, posa junto a él con su propia pizarra que anuncia su ingreso al undécimo grado. Ambos visten ropa nueva, comprada especialmente para la ocasión, y sus sonrisas amplias y un tanto avergonzadas delatan que saben que este ritual se ha convertido en una tradición familiar anual.
Estas escenas, repetidas en innumerables hogares a lo largo del país, representan más que simples fotografías commemorativas. Para muchas familias, constituyen un registro visual del paso del tiempo, un archivo personal del crecimiento que se comparte con abuelos, tíos y amigos cercanos a través de redes sociales. Sin embargo, detrás de esta aparente inocencia se esconde una realidad más compleja que ha encendido las alarmas de organizaciones de protección al consumidor y autoridades gubernamentales.
La Oficina de Better Business Bureau (BBB) ha emitido una alerta detallada dirigida específicamente a padres y educadores. El comunicado, difundido a finales de agosto de 2025, advierte sobre los riesgos potenciales de incluir información identificable en estas imágenes tan populares. "Cada dato personal visible en esas pizarras -nombre completo, edad, escuela, nombre del maestro- representa una pieza del rompecabezas que los estafadores pueden utilizar para cometer robo de identidad o acceder a cuentas personales", explica el documento.
Nakia Mills, vicepresidenta de marketing digital y estrategia de marca de la BBB en Michigan, ofrece una perspectiva más amplia durante una entrevista telefónica. "La costumbre de compartir estos momentos es comprensible y viene de un lugar de amor y orgullo familiar. El problema surge cuando no medimos las consecuencias de la sobrexposición digital.
Estos detalles aparentemente inocentes pueden ser combinados con otra información disponible en línea para crear perfiles completos de menores que luego son utilizados con fines maliciosos".
Las preocupaciones se extienden más allá del robo de identidad tradicional. Expertos en seguridad digital han documentado casos donde fotografías aparentemente inofensivas han sido utilizadas para actividades de acoso escolar, suplantación de identidad e incluso para elaborar esquemas de phishing dirigidos específicamente a familiares de los menores.
En un desarrollo paralelo que amplifica estas preocupaciones, la Fiscal General de Michigan, Dana Nessel, anunció en agosto su participación en una coalición bipartidista de 37 fiscales generales que están presionando a Instagram para que modifique su recientemente implementada función de mapas de ubicación. La carta conjunta enviada a Meta, la empresa matriz de Instagram, expresa "serias preocupaciones sobre la privacidad de datos y la seguridad pública, especialmente para niños y sobrevivientes de violencia doméstica".
Nessel, en declaraciones preparadas, fue contundente: "Meta tiene la responsabilidad fundamental de proteger a sus usuarios, especialmente a los menores, de depredadores en línea. Esta función de mapas, tal como está diseñada actualmente, podría tener consecuencias devastadoras al hacer visiblemente accesible información de ubicación en tiempo real".
La respuesta de Meta no se hizo esperar. Un portavoz corporativo envió una declaración detallada al Detroit Free Press defendiendo las medidas de protección implementadas. "El diseño de Instagram Map ya aborda proactivamente las preocupaciones planteadas por los fiscales generales: la función está desactivada por defecto para todos los usuarios, cada persona recibe una notificación explicativa sobre lo que implica la herramienta antes de activarla, y puede desactivarla en cualquier momento sin obstáculos".
La compañía también destacó sus sistemas de supervisión parental, mediante los cuales "los padres reciben notificaciones automáticas si sus adolescentes comienzan a compartir su ubicación a través de la herramienta de Mapas, y tienen la capacidad de bloquear el acceso de sus hijos a esta función en cualquier momento que lo consideren necesario".
Pero las amenazas digitales para los menores no se limitan a la sobreexposición en redes sociales. La Comisión Federal de Comercio (FTC) emitió a principios de 2025 una alerta sobre un vector de ataque particularmente preocupante: mensajes de texto fraudulentos dirigidos específicamente a niños y adolescentes. Estos mensajes, que aparentan provenir de instituciones educativas, entidades bancarias o comercios reconocidos, buscan engañar a los jóvenes para obtener información sensible o acceder a dispositivos conectados.
Las recomendaciones de los expertos en seguridad digital se han vuelto cada vez más específicas y detalladas. Además de sugerir fondos genéricos para las fotografías escolares que no revelen ubicaciones exactas, los especialistas proponen verificar minuciosamente las configuraciones de privacidad en todas las plataformas sociales, implementar autenticación de dos factores en todas las cuentas familiares, y evitar completamente el uso de nombres de familiares, mascotas o fechas significativas en contraseñas.
Nakia Mills de la BBB añade un matiz importante: "Incluso con configuraciones de privacidad máxima, el riesgo persiste. Los receptores de las imágenes pueden tomar capturas de pantalla o guardar las fotografías en sus dispositivos, por lo que cualquier material compartido digitalmente podría potencialmente terminar en manos equivocadas aunque inicialmente solo se compartiera con una audiencia limitada y confiable".
Frente a este panorama, muchas familias se encuentran en una encrucijada cultural. Por un lado, desean participar en tradiciones que conectan generaciones y fortalecen lazos comunitarios. Por otro, deben navegar un panorama digital donde cada compartir conlleva riesgos calculados que often superan el entendimiento inmediato.
La solución, según sugieren los expertos, no necesariamente radica en la abstinencia digital completa sino en adoptar prácticas más conscientes y informadas. Fotografías que capturan la emoción del primer día de clases siguen siendo posibles, pero con pizarras que omiten información identificable o usando ángulos que evitan mostrar uniformes escolares con logos reconocibles, fachadas de viviendas o placas de calles.
Al final, el desafío para las familias contemporáneas consiste en encontrar el equilibrio entre la preservación de rituales significativos y la protección de su seguridad digital, en un mundo donde lo personal y lo público se entrelazan de maneras cada vez más complejas e impredecibles.
© SomosTV LLC-NC / Photo: © Pixnio
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