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Maneras “saludables” de ir a la escuela se heredan

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Los hijos de personas que en su juventud caminaron o pedalearon hasta la escuela tienen mayor probabilidad de repetir esos mismos patrones de movilidad, revela una investigación publicada en el European Journal of Public Health. El estudio, desarrollado por la Universidad de Jyväskylä en Finlandia, analizó los trayectos escolares de dos generaciones diferentes: padres que acudieron a clases entre 1980 y 1986, y sus hijos en 2018.

La doctora Tuuli Suominen, líder de la investigación, explicó los hallazgos: "Encontramos una conexión intergeneracional positiva entre los desplazamientos activos al colegio de los padres y los de sus hijos". El trabajo se basó en datos de 660 parejas de padres e hijos, considerando factores como la distancia al centro educativo, el nivel escolar, área de residencia, género, educación parental e ingresos familiares.

Aunque la conexión intergeneracional observada fue relativamente modesta, Suominen la calificó como "significativa". "Las experiencias y actitudes de los padres hacia ir caminando o en bicicleta a la escuela influyen en cómo apoyan y facilitan los desplazamientos activos de sus hijos", señaló la investigadora. "Si están familiarizados con estas formas de movilidad y las ven positivamente, es más probable que transmitan ese hábito a la siguiente generación".

El estudio destaca que la continuidad intergeneracional en la movilidad activa es "particularmente evidente" durante los años de educación primaria. Investigaciones previas ya habían demostrado que la influencia parental sobre la actividad física y los comportamientos de desplazamiento de los niños es más fuerte cuando estos son más pequeños. Conforme crecen y ganan independencia, la influencia de los padres disminuye y la de los compañeros se vuelve más prominente.

Los investigadores enfatizaron que los desplazamientos activos a la escuela representan una forma "sencilla y práctica" de incorporar más actividad física en la vida diaria. Para niños y adolescentes, caminar o pedalear hasta el centro educativo puede ser una fuente importante de ejercicio cotidiano.

Suominen añadió: "Ante la creciente inactividad física entre los jóvenes, es esencial promover modos activos de desplazamiento mediante múltiples estrategias". La investigación sugiere que apoyar y facilitar la movilidad activa no solo beneficia a la generación actual, sino también a las futuras, contribuyendo a estilos de vida más saludables y prácticas de desplazamiento más sostenibles.

El estudio finlandés refuerza la evidencia previa sobre cómo los hábitos de estilo de vida, incluida la actividad física, suelen transmitirse de una generación a otra, subrayando el papel fundamental que desempeñan las experiencias parentales en la formación de los comportamientos de movilidad de sus hijos.

© SomosTV LLC-NC / Photo: © StockCake

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