
La dificultad de compatibilizar tu trabajo con el cuidado infantil
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Miles de familias se enfrentan a un problema recurrente: cómo cuidar de sus hijos mientras ellos trabajan o tienen compromisos fuera de casa. Aunque algunas alternativas formales como los campamentos de vacaciones o los servicios de niñeras registradas siguen disponibles, no siempre son accesibles para todos, ni en coste ni en disponibilidad.
Un estudio reciente realizado por la organización benéfica infantil Coram arroja cifras que reflejan esa dificultad: los padres deben asumir un gasto medio con un incremento del 4% respecto al verano anterior. Subieron tanto las niñeras como los campamentos, cantidades que para muchas familias resultan difíciles de asumir, sobre todo si se tiene más de un hijo o si el empleo de los progenitores no se ajusta al horario tradicional de oficina.
En este contexto, muchos padres optan por soluciones informales como dejar a los niños al cuidado de familiares, amigos o incluso adolescentes del vecindario. Sin embargo, esta alternativa plantea una serie de dudas: ¿es legal dejar a un menor a cargo de otro menor? ¿Qué precauciones deberían tomarse?
La organización NSPCC, dedicada a la protección de la infancia, advierte que, en determinados estados no existe una edad mínima legal para ejercer de niñero o niñera, pero lo recomendable es no dejar a los niños con nadie menor de 16 años. Así lo explica Helen Westerman, directora de campañas locales de la entidad: “Alguien menor de 16 años podría no ser lo suficientemente maduro y eso podría acarrear problemas”.
La clave, según Westerman, está en el sentido común y la preparación. Si se opta por dejar a los hijos con un adolescente —sea un hermano mayor, un vecino o una joven recomendada por otros padres—, hay que asegurarse de que esa persona se sienta segura en esa situación y sepa cómo actuar en caso de emergencia, o si los niños no cooperan o se alteran.
Además, Westerman subraya que si el menor encargado del cuidado tiene menos de 16 años, legalmente no se le puede exigir responsabilidad en caso de que algo salga mal. En ese supuesto, los adultos responsables podrían enfrentarse a cargos por negligencia. Por ello, antes de confiar en alguien joven para esta tarea, recomienda hacer una prueba corta: “Puede que se les deje con los niños durante media hora mientras uno permanece en casa, en otra habitación, para comprobar cómo se desenvuelven y si todos se sienten cómodos”.
Junto a esa observación directa, también aconseja pedir referencias, establecer instrucciones claras sobre la rutina de los niños (a qué hora deben dormir, si hay normas sobre el uso de pantallas o juguetes específicos que les calman) y dejar por escrito información importante, como alergias o dónde se guarda la medicación. También es necesario proporcionar números de contacto de emergencia y explicar cómo actuar en caso de urgencia médica.
Otro detalle que no debe pasarse por alto, añade Westerman, es pactar normas claras sobre si pueden recibir visitas mientras cuidan a los niños o si estos pueden tener amigos en casa.
En familias con hijos con necesidades especiales o complejas, la preparación debe ser todavía más exhaustiva. El objetivo es que quien se haga cargo sepa exactamente qué hacer si ocurre algo inesperado. “Asegúrate de que el cuidador conoce esas necesidades y cómo reaccionar si hay una emergencia médica”, insiste Westerman.
Una de las sugerencias adicionales de la NSPCC cuando se confía en un adolescente como canguro es informar a un vecino o amigo de confianza de la situación. Así, si surge algún problema y los padres no están disponibles, alguien cercano puede intervenir rápidamente.
El consejo general de Westerman es guiarse por la intuición: “Como madre o padre, sabes cuándo algo no termina de encajar. Confía en tu instinto y no sigas adelante con un acuerdo si no te da buena espina”. También recomienda escuchar a los propios niños: “Si tu hijo dice que no se siente a gusto o que no quiere que ese niñero vuelva, hay que explorar por qué”.
Y hay un último aspecto práctico que no se debe descuidar: asegurarse de que el cuidador tiene un medio seguro para volver a casa después de su tarea.
© SomosTV LLC-NC / Photo: © YMCA of Fort Worth
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