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La visión de Cornelia Funke sobre los fracasos de la educación infantil

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La reconocida autora alemana Cornelia Funke, creadora de obras como "El Señor de los Ladrones", "Corazón de Tinta" y "El hilo de oro", no duda en criticar el modelo educativo actual. "La escuela quita la parte lúdica del pensamiento", asegura. "Por eso muchas mentes brillantes no tienen éxito en el sistema y terminan abandonándolo para dar rienda suelta a su creatividad".

Funke, que lleva dos décadas viviendo en Estados Unidos, recuerda su propia infancia en Alemania: "Jugaba con mis amigos por las tardes. Ahora los niños pasan todo el día haciendo deberes". Para ella, esta sobrecarga académica no es casual: "A las autoridades no les interesa la imaginación. Un amigo que trabajó en Bangladesh bajo el régimen comunista me decía que cuando la gente no puede imaginar, es más fácil controlarla".

La escritora habla sin tapujos sobre sus propias experiencias con el rechazo. Cuando publicó el primer libro de "El hilo de oro", muchos lectores y editores lo odiaron. "Me preguntaban por qué necesitaba crear otro universo además de 'Mundo de Tinta'", recuerda. Sin embargo, ese fracaso la impulsó a mejorar. "Fue importante porque hasta entonces todo me había resultado fácil. Tuve que demostrar que 'Reckless' podía ser tan interesante como mis obras anteriores".

Al hablar de Disney, Funke no esconde su incomodidad: "Walt Disney quería embellecer todo, pero bajo esa armonía hay una oscuridad que me da más miedo que los cuentos de hadas originales". Esta reflexión la lleva a analizar las paradojas de su país adoptivo: "Estados Unidos es un lugar de contradicciones totales. Producen series que exploran la naturaleza humana con crudeza, pero también tienen una máquina de propaganda ideológica perfecta. Es un país obsesionado con la violencia, con más armas que personas, y al mismo tiempo se reinventa constantemente gracias a la inmigración".

"Los niños hacen preguntas que los adultos marginamos" Uno de los temas que más indignación le provoca es la subestimación de la capacidad intelectual infantil. "Algunos periodistas me preguntan cuándo dejaré de escribir para niños o cuándo haré 'literatura de verdad'", comenta con ironía. "Con 'Mundo de Tinta' me dijeron que era demasiado bueno para el público infantil, que los niños no recordarían las citas. Es un prejuicio absurdo".

Funke relata un evento reciente en el Museo Getty donde quedó demostrada la profundidad de pensamiento de los más jóvenes: "Los adultos del público quedaron impresionados con las preguntas de los niños. Siempre pasa lo mismo: plantean cuestiones importantes que, al crecer, aprendemos a ignorar".

La autora tampoco aprueba la obsesión por clasificar los libros según la edad del lector. "Cada vez es peor", advierte. "Como dijo el educador Ken Robinson, seguimos aplicando reglas del siglo XIX, tratando a los niños como productos con fecha de caducidad".

Para Funke, la solución no es sencilla pero sí urgente: "Necesitamos un sistema que no mate la curiosidad. Los niños deberían tener tiempo para jugar, para aburrirse, para descubrir el mundo por sí mismos. Sin eso, no hay verdadero aprendizaje".

© SomosTV LLC-NC / Photo: © Elena Ternovaja

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