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Camas elásticas: Saltos con riesgo para los pequeños

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El salto no siempre es juego: los riesgos invisibles de las camas elásticas. Para muchos niños, pocas actividades resultan tan atractivas como saltar sin parar en una cama elástica. La imagen parece inofensiva: risas, brincos al aire libre y una forma de liberar energía acumulada después de un largo día. Sin embargo, detrás de esta diversión cotidiana se esconde un riesgo que preocupa cada vez más a los profesionales de la salud infantil.

Cada año, alrededor de 100.000 niños en Estados Unidos sufren lesiones relacionadas con el uso de camas elásticas. De ellos, más de 3.000 terminan ingresados en el hospital debido a la gravedad de sus heridas.

La mayoría de los accidentes ocurren en el entorno doméstico, donde las medidas de prevención suelen relajarse. Los pediatras han revisado exhaustivamente los registros médicos de los servicios de urgencias y han detectado un patrón recurrente: esguinces de tobillo, de manos o de cuello, fracturas de brazos y muñecas, y en los casos más preocupantes, lesiones en la columna cervical.

Los fabricantes, sin embargo, relativizan el problema. Mark Publicover, fundador y presidente de una empresa californiana especializada en camas elásticas, sostiene que el riesgo es inherente al juego activo. “Si los niños no saltaran en las camas elásticas, se subirían a los árboles, que cuentan con menos medidas de seguridad”, asegura. La comparación busca poner en perspectiva los peligros, aunque para los médicos resulta insuficiente como argumento de defensa.

En Europa, las recomendaciones sobre el uso seguro de las camas elásticas coinciden con las emitidas por la Academia Americana de Pediatría. Los especialistas recuerdan que estas instalaciones, concebidas en principio como elementos gimnásticos, han sido adaptadas al ocio familiar sin una regulación clara y sin un proceso de formación previo para quienes las usan.

Entre los consejos básicos, el primero es evitar que varios niños salten a la vez. La probabilidad de colisiones y caídas se multiplica cuando el número de participantes aumenta. Además, los expertos insisten en la importancia de contar con un acolchado protector en buen estado, bien fijado, y con una red de seguridad que impida las salidas accidentales del área de salto.

Otra recomendación clave es instalar la cama elástica sobre una superficie plana, preferiblemente al nivel del suelo, y en un espacio libre de obstáculos. Los accidentes se agravan cuando los niños caen sobre bordes duros, muebles de jardín o suelos de cemento.

Los pediatras son especialmente tajantes en un aspecto: las acrobacias son la causa principal de lesiones graves en la columna. Saltos mortales, giros incontrolados y piruetas improvisadas pueden tener consecuencias irreparables. Aunque los niños repitan con insistencia que “controlan” o que ya han hecho esas maniobras antes, la recomendación médica es evitar completamente este tipo de ejercicios en un entorno no profesional.

La vigilancia adulta es otro punto fundamental. Aunque pueda resultar tentador dejar que los niños jueguen solos mientras los padres descansan o realizan otras tareas, la realidad es que la supervisión constante reduce significativamente el riesgo de accidentes. El entretenimiento sin control se convierte con demasiada frecuencia en una urgencia médica.

El debate sobre las camas elásticas recuerda a otros dilemas en torno al ocio infantil moderno. Por un lado, están las necesidades de movimiento y ejercicio de los niños; por otro, la seguridad y la prevención de lesiones. Los adultos buscan alternativas al sedentarismo y a las pantallas, pero en ese camino, a veces se subestima la complejidad de ciertas prácticas aparentemente inocuas.

Las cifras anuales de accidentes hablan por sí solas. Aunque la mayoría de los incidentes son leves, el volumen de casos sigue siendo alto. Los profesionales de la salud infantil consideran que el uso de camas elásticas no debería estar prohibido, pero sí regulado con criterio y con conocimiento de los riesgos reales.

La recomendación es clara: si un niño pide una cama elástica o quiere usar una en casa ajena o en un parque, es necesario asegurarse de que cumple con las normas básicas de seguridad. Supervisión adulta, un solo niño saltando cada vez, colchonetas bien instaladas, mantenimiento regular de la estructura y, sobre todo, evitar las acrobacias. No se trata de eliminar la diversión, sino de garantizar que el juego no termine en la sala de urgencias.

El entusiasmo infantil por los saltos no desaparecerá, pero la información y la precaución son las herramientas más eficaces para que esa energía se libere sin consecuencias graves. Las camas elásticas pueden ser una actividad saludable y divertida si se utilizan con responsabilidad y con las condiciones adecuadas. Si no, el riesgo de que un salto se convierta en un accidente sigue estando, literalmente, al caer.

© SomosTV LLC-NC / Photo: © ATAA Cars

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