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¿Adictos a las pantalla? Aprende a identificar síntomas

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Un estudio publicado el 18 de junio en JAMA, la revista de la Asociación Médica Estadounidense, revela que el tiempo que los niños pasan en redes sociales, videojuegos o teléfonos móviles no está directamente asociado con síntomas de ansiedad, depresión o conductas suicidas. Lo que sí representa un riesgo significativo es el uso adictivo de estas tecnologías, según la investigación realizada con más de 4,000 niños estadounidenses durante cuatro años, informó CNN.

Yunyu Xiao, profesora de psiquiatría en Weill Cornell Medical College y autora principal del estudio, define el uso adictivo como aquel que interfiere con responsabilidades escolares, familiares o sociales. "No se trata solo de horas frente a la pantalla, sino de una necesidad compulsiva de usarlas, incluso cuando afecta su vida diaria", explica.

El estudio, que monitoreó a niños desde los 9 o 10 años, encontró que:

-Casi el 50% mostró patrones adictivos con teléfonos móviles.

-Más del 40% presentó uso adictivo de videojuegos.

-Los niños con alto consumo de redes sociales y móviles tuvieron de 2 a 3 veces más riesgo de ideación suicida.

-Las niñas fueron más propensas al uso adictivo de redes sociales, mientras que los niños lo fueron a los videojuegos.

Aunque los datos son autoinformados y no consideran factores genéticos o ambientales, los resultados coinciden con advertencias previas sobre cómo las plataformas digitales están diseñadas para generar dependencia.

Cómo prevenir la adicción

Melissa Greenberg, psicóloga clínica del Princeton Psychotherapy Center, recomienda:

-Establecer límites tempranos: Prohibir pantallas durante comidas, antes de dormir o en reuniones familiares.

-Promover actividades sin pantallas: "Los padres temen por la seguridad física de sus hijos, pero el peligro mayor suele estar en su habitación, expuestos a predadores o extorsiones en línea", advierte.

-Dar el ejemplo: "Si los adultos revisan constantemente sus dispositivos, los niños normalizarán esa conducta".

-Crear acuerdos familiares: Negociar horarios y consecuencias por incumplimiento, involucrando a los adolescentes en la decisión.

Señales de alerta

Greenberg enumera indicadores de posible adicción:

-Uso compulsivo: Revisar el teléfono cada minutos, incluso en situaciones inapropiadas.

-Fracaso al intentar reducir el tiempo: Incumplimiento de límites autoimpuestos.

-Aislamiento: Rechazo a interacciones presenciales o abandono de responsabilidades.

-Síntomas de abstinencia: Irritabilidad, ansiedad o tristeza al no acceder a las pantallas.

-Problemas de sueño: Fatiga crónica por uso nocturno.

Qué hacer si hay adicción

La especialista sugiere evitar el juicio moral: "No es un fracaso parental. Estas plataformas están diseñadas para enganchar, para crear la adicción". Propone:

-Dialogar sin confrontar: Entender qué necesidades emocionales cubren las pantallas.

-Revisar los acuerdos de uso: Ajustar horarios y proponer alternativas.

-Buscar ayuda profesional: Si afecta su funcionamiento cotidiano o salud mental.

Contexto más amplio

El movimiento "The Anxious Generation", inspirado por el libro de Jonathan Haidt, promueve desafíos como "viernes sin pantallas" para recuperar interacciones reales. "Aprender a estar con uno mismo, sin estímulos digitales, es una habilidad que requiere práctica", señala Kara Alaimo, autora de "Over the Influence", quien recomienda actividades simples como caminar sin audífonos o observar un atardecer.

Mientras la industria tecnológica sigue perfeccionando sus tácticas de retención, el estudio refuerza la idea de que el enfoque no debe estar en contar horas, sino en observar cómo los niños usan las pantallas.

Como concluye Xiao: "Si no analizamos su uso adictivo, pasaremos por alto el problema real".

© SomosTV LLC-NC / Photo: © Helena Lopes-Pexels

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