
¿Día del Padre y Día de la Madre, o mejor Día de la Familia?
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Al final del año pasado, en Melbourne, Australia, una decisión tomada por una red de jardines de infancia generó un intenso debate sobre cómo se deben manejar las celebraciones familiares en las escuelas. Early Childhood Management Services (ECMS), responsable de 69 centros privados de educación infantil, anunció que a partir de 2025 no se celebrarán más el Día de la Madre ni el Día del Padre en varios de sus establecimientos. Ambos eventos se fusionarán en una sola festividad, bautizada como "Family Day".
La noticia fue comunicada de manera discreta mediante un correo electrónico enviado a los padres de St Helena Preschool, en Eltham North, apenas unas horas después de terminar el año escolar. En el mensaje, la dirección explicó que la nueva celebración buscaría honrar a "todos los cuidadores o figuras significativas en la vida de los niños" y que, en lugar de conmemorar explícitamente a madres o padres, se alentaría a los pequeños a "expresar gratitud y reconocer a quienes juegan un papel de apoyo en sus vidas".
"El próximo año celebraremos el Family Day para honrar a todos los cuidadores o figuras significativas", informaba el correo. "No realizaremos celebraciones tituladas como el Día de la Madre o el Día del Padre, pero tendremos una fabulosa celebración del Family Day".
La reacción de los padres no tardó en llegar. Para muchos, la decisión resultó sorpresiva y, sobre todo, unilateral. Algunos manifestaron sentirse "blindsided" —es decir, tomados desprevenidos—, ya que no fueron consultados previamente. En redes sociales, las críticas más duras calificaron el cambio de "ridículo" y acusaron a la institución de aplicar una falsa noción de inclusión. "No es inclusivo si no incluye a quienes quieren celebrar el Día de la Madre o el Día del Padre", escribió un usuario. Otro fue más tajante: "¿Qué podría ser más inclusivo que excluir al 97% de la población?".
El director ejecutivo de ECMS, Kieran Kearney, intentó calmar los ánimos en una entrevista con 7News, donde explicó que el cambio responde a una evolución social. "Esto no es un tema menor", declaró. "Es reconocer que la familia significa diferentes cosas para diferentes personas en distintas comunidades". Admitió también que "el cambio es difícil para todos" y aseguró que en ECMS también enfrentan la dificultad de adaptarse a nuevas realidades.
La discusión no se quedó encerrada en los patios escolares. La decisión de ECMS alimentó un debate más amplio sobre qué significa realmente la inclusión en un contexto educativo. Mientras algunos defendían la medida como un reconocimiento a familias no tradicionales —como hogares monoparentales, abuelos cuidadores o parejas del mismo sexo—, otros advirtieron sobre el riesgo de diluir celebraciones que tienen un profundo significado emocional para la mayoría de los niños.
En plataformas como Facebook y X (antes Twitter), los argumentos a favor y en contra del "Family Day" se multiplicaron. Un usuario reflexionaba: "Ya damos gratitud a todas las figuras parentales en nuestras vidas. No es exclusivamente para madres y padres biológicos". Otro señalaba una preocupación diferente: "Si reemplazarlo por un 'Family Day' es tu idea de inclusión, entonces nunca entendiste por qué existen estos días desde el principio".
No faltaron quienes vieron en la nueva celebración una solución práctica. "Como padres que trabajamos todo el día, tener una sola celebración en lugar de dos facilita mucho la organización", escribía alguien. Otra persona apuntaba en tono irónico: "¿Quién se siente excluido por un evento de kindergarten? ¿Desde cuándo las celebraciones infantiles deben proteger los sentimientos de adultos?".
La medida de ECMS no es aislada. El año pasado, el Hunter Valley Grammar School, un colegio privado de Nueva Gales del Sur, también modificó su tradicional feria del Día de la Madre por una "Family Day stall", eliminando toda referencia de género en sus actividades de venta de regalos. En paralelo, varios centros de educación inicial han comenzado a evitar el uso de términos como "madre" o "padre", sustituyéndolos por expresiones neutras como "persona especial" o "familia".
El cambio de paradigma ha sido impulsado en parte por recomendaciones de Early Childhood Australia, una organización de defensa de la infancia que promueve la inclusión de todas las configuraciones familiares. Según su guía para educadores, los niños deberían tener la opción de hacer regalos para "un adulto especial" en vez de limitarse a su madre o su padre biológico. Además, se sugiere que los eventos escolares eviten reforzar estereotipos tradicionales de género.
La controversia pone de manifiesto una tensión creciente: la necesidad de adaptar las prácticas educativas a realidades sociales más diversas frente al deseo de preservar tradiciones que muchos consideran fundamentales. Para algunos, como una madre que participó en el debate online, el problema no radica en reconocer nuevas realidades, sino en borrar elementos culturales arraigados. "No necesitamos cambiar todo para ser inclusivos. Podemos agregar, no reemplazar", escribió.
Otros, en cambio, ven el "Family Day" como una oportunidad para replantear viejas costumbres. "Tal vez sea hora de enseñar a los niños que las familias vienen en todas las formas posibles, y que ser agradecidos no debe depender de etiquetas", razonaba un usuario.
Por ahora, ECMS mantiene su plan de implementar el "Family Day" en 2025. La experiencia será observada de cerca, no solo por otras instituciones educativas australianas, sino también por padres, legisladores y grupos comunitarios que ven en este tipo de decisiones el pulso de los cambios culturales que atraviesan la sociedad contemporánea.
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