
El Día del Padre en otras culturas
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Mientras en Estados Unidos nos preparamos para celebrar el Día del Padre el 15 de junio, otras latitudes honran la paternidad con tradiciones que mezclan fervor religioso, inventiva comercial y rituales ancestrales. Lejos de ser una festividad homogenizada, cada cultura imprime su sello en cómo reconocer a quienes ejercen este rol.
En Alemania, el Vatertag —también llamado Männertag— coincide con el día de la Ascensión, cuarenta días después de Pascua. Grupos de hombres recorren bosques arrastrando carretas cargadas de barriles de cerveza, en una tradición que, según reportes de HuffPost, combina camaradería y excesos etílicos. "Es un día de escape masculino, pero también de reflexión sobre la responsabilidad paterna", explica un habitante de Baviera.
Al otro lado del Atlántico, Costa Rica adopta la fecha estadounidense pero con un giro artesanal. Niños crean regalos manuales y organizan obras teatrales caseras, mientras las familias se reúnen alrededor de platos como el gallo pinto. "No se compran tarjetas; el esfuerzo creativo es la moneda de afecto", comenta una docente de San José.
Francia ofrece un caso curioso de sincretismo comercial-religioso. Originalmente vinculado a San José —figura bíblica celebrada en marzo—, la Fête des Pères moderna nació en 1946 de una campaña publicitaria. Marcel Quercia, dueño de la empresa Flaminaire, promocionó encendedores como regalo ideal para padres. La estrategia, según archivos de la época, triplicó sus ventas y consolidó la fecha en junio. Hoy, los niños franceses escriben poemas y comparten comidas familiares, aunque los encendedores perdieron protagonismo.
En Suecia, el Fars Dag llega en noviembre, mes de oscuridad creciente. Las celebraciones incluyen corbatas tejidas a mano —herencia de los años 50— y salidas a restaurantes o teatros. "Es un contrapunto a la festividad materna de mayo: aquí, el frío invita a refugiarse en grupo", señala un antropólogo de Estocolmo.
Japón, aunque adopta el tercer domingo de junio estadounidense, mantiene rituales autóctonos. El Chichi no Hi se celebra con cajas de bento repletas de anguila asada —símbolo de vitalidad— y botellas de sake. "Regalar una espada samurái en miniatura es común en regiones rurales: representa protección y honor", detalla un comerciante de Kioto.
La festividad moderna tiene raíces diversas. En Estados Unidos, su origen se remonta a 1908, cuando Sonora Smart Dodd —inspirada en los sacrificios de su padre viudo— propuso un día equivalente al de las madres. Lyndon B. Johnson lo oficializó en 1966, y Richard Nixon lo fijó en junio para estimular el comercio postvacacional.
Pero tradiciones previas persisten. En Bolivia y Honduras, el 19 de marzo aún honra a San José, mientras en Rusia, el Dén Otcá (23 de febrero) coincide con el Día del Defensor de la Patria, fusionando paternidad y servicio militar.
Expertos señalan que el 78% de los países que adoptaron la fecha estadounidense lo hicieron tras 1970, influidos por campañas de tarjetas Hallmark. Sin embargo, como advierte la historiadora María López: "La globalización no borró singularidades. Incluso al copiar una fecha, las culturas la reinventan: un día para papás sí, pero con sabor local".
Así, entre carretas alemanas y poemas franceses, el Día del Padre revela un mosaico de cómo el mundo entiende —y celebra— la paternidad en el siglo XXI.
© SomosTV LLC-NC / Photo: © Anna Shvets-Pexels
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