No todos los niños disfrutan con fuegos artificiales y petardos
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Lucia
Las fiestas de Fin de Año son sinónimo de celebración, alegría y, para muchos, de fuegos artificiales y petardos. Sin embargo, lo que para algunos es motivo de festejo, para otros puede convertirse en una auténtica tortura. Los estruendos causados por la pirotecnia tienen un impacto especialmente negativo en dos grupos vulnerables: los niños con autismo y los perros.
Niños con autismo: una hipersensibilidad al ruido
Los niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA) a menudo presentan hipersensibilidad sensorial, lo que significa que procesan los estímulos del entorno de manera diferente. Los ruidos fuertes e inesperados, como los de los cohetes y petardos, pueden resultarles especialmente aversivos, generándoles ansiedad, estrés, miedo e incluso crisis de angustia.
Las consecuencias de la exposición a estos ruidos pueden ser diversas:
Alteraciones emocionales: irritabilidad, nerviosismo, llanto o rabietas.
Conductas de escape o evitación: búsqueda de aislamiento, taparse los oídos o intentar huir del lugar.
Alteraciones del sueño: dificultad para conciliar el sueño o despertares bruscos.
Somatizaciones: dolor de cabeza, malestar estomacal u otros síntomas físicos.
Perros: un oído mucho más sensible
Los perros tienen un oído mucho más desarrollado que el de los humanos, lo que los hace especialmente sensibles a los ruidos fuertes. Los estruendos de la pirotecnia pueden generarles un gran estrés, miedo y ansiedad, pudiendo desencadenar las siguientes reacciones:
Conductas de huida: intentar escapar del hogar, lo que puede resultar en pérdidas o accidentes.
Comportamiento destructivo: ladridos excesivos, mordiscos a objetos o arañazos en puertas y muebles.
Síntomas físicos: temblores, jadeos, salivación excesiva, vómitos o pérdida del apetito.
¿Qué podemos hacer?
Ante esta problemática, es fundamental tomar conciencia del daño que puede causar la pirotecnia en niños con autismo y perros. Algunas medidas que podemos adoptar son:
Evitar el uso de pirotecnia sonora: optar por alternativas visuales, como luces de bengala o espectáculos de luces.
Informar y concienciar: difundir información sobre los efectos negativos de la pirotecnia en estos colectivos.
Proteger a los niños con autismo: anticiparles la situación, proporcionarles un espacio seguro y tranquilo, utilizar auriculares con cancelación de ruido o recurrir a terapias de relajación.
Proteger a los perros: crearles un refugio seguro en casa, con su cama, juguetes y agua, cerrar ventanas y persianas para aislar el ruido, poner música relajante y, en casos de ansiedad extrema, consultar con un veterinario sobre la posibilidad de utilizar ansiolíticos.
© SomosTV LLC-NC / Photo: © Bing IG
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