El impacto y los desafíos de las educadoras latinas en el cuidado infantil en Estados Unidos
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Lucia
En Estados Unidos, el 23% de los trabajadores en guarderías son de origen latino, un porcentaje que refleja el papel crucial que estas educadoras desempeñan en el sistema de cuidado infantil. Kenia, maestra y propietaria de una guardería en Maryland, es un ejemplo de cómo las mujeres latinas no solo aportan cuidado, sino también educación y diversidad cultural, dice Voz de América.
Un camino desde la experiencia personal
Hace ocho años, Kenia decidió abrir una guardería en su hogar, motivada por la necesidad de encontrar una solución para el cuidado de sus propios hijos. Desde entonces, ha construido un espacio que atiende tanto a su familia como a otras.
“Nosotros como latinos siempre tenemos contacto con niños, un primito… Uno cuida a los vecinos, cuida los de la comadre, el compadre; entonces como que siempre… siempre tuve un contacto así de cuidar niños, como esa responsabilidad”, relata Kenia, destacando cómo esta experiencia personal fue la base para descubrir su vocación.
Con el tiempo, invirtió en capacitación formal, incluyendo cursos en desarrollo infantil y primeros auxilios, para obtener la certificación estatal y federal requerida para operar legalmente.
Kenia insiste en que el trabajo de las educadoras trasciende las nociones comunes. “Las personas creen que nosotras somos simples, como le llaman en inglés, babysitter o cuidadoras. Nosotros somos educadoras”.
Diversidad cultural y beneficios para los niños
El impacto de las educadoras latinas se extiende más allá de las cifras. Según un estudio del Centro Nacional de Derecho de la Mujer, las latinas representan el 16% de la fuerza laboral en centros de cuidado infantil en el hogar, aportando diversidad cultural y lingüística que beneficia a los niños.
“Si una educadora viene con una cultura diversa o habla un lenguaje diferente, aparte del niño y su familia, entonces simplemente por estar presente en un salón o en una guardería que tiene en su casa, le está dando otro nivel de educación a los niños que están a su cargo”, señala el informe.
Kenia comparte experiencias que muestran cómo los niños adoptan aspectos de la cultura latina. “¿Cuántos papás no me dicen a mí? Mi hijo pide frijol, mi hijo pide arroz (…) O leche o pacha. ¿Qué es pacha? ¿What is pacha means? What is pacha, you know. Eso es maravilloso, porque ellos están viendo ese, ese contacto y esa ricura de nuestra cultura”.
Desafíos persistentes
A pesar de las contribuciones significativas de estas educadoras, el estudio señala que enfrentan varios desafíos. “Este sector se encuentra entre los trabajos peor pagados y las educadoras enfrentan bajos sueldos, igual que falta de acceso para beneficios y otros apoyos”, advierte el informe.
Kenia confirma esta realidad: “Nosotros no tenemos un apoyo que nos… que nos respalde esos, esos huecos. Nosotros no contamos con un seguro de salud, nosotros no contamos con un fondo de pensiones”.
El cuidado infantil como pilar económico
Los expertos subrayan que las educadoras latinas podrían ser clave para solucionar la crisis del cuidado infantil en el país. “Si tenemos una crisis del cuidado infantil, va a afectar a toda la economía”, explican. Durante la pandemia, el papel de estas trabajadoras fue reconocido como esencial, aunque Kenia enfatiza que siempre lo ha sido: “Sin nuestro trabajo no hay otro trabajo”.
Para abordar estas desigualdades y garantizar un sistema sostenible, los especialistas coinciden en la necesidad de una mayor inversión federal. Esto permitiría crear un sistema de cuidado infantil accesible para las familias de bajos recursos, mientras se mejora la remuneración y las condiciones laborales de las educadoras.
Este reconocimiento y apoyo no solo beneficiaría a las educadoras, sino también a las comunidades que dependen de ellas para el desarrollo integral de las futuras generaciones.
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