Cinco centímetros al año
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Lucia
El crecimiento infantil es un proceso que puede medirse a través de parámetros específicos, y uno de los más importantes es que los niños deben crecer al menos cinco centímetros por año. Así lo señala la endocrinóloga pediatra Zenia Iveth Santana Ramírez en declaraciones a El Sol de Tijuana, donde advierte que si un niño no cumple con este patrón, es necesario acudir a un especialista para evaluar su desarrollo.
Según Santana, aunque los factores genéticos juegan un papel clave en el crecimiento de los niños, la nutrición es igualmente determinante. "Es importante que si no hay desnutrición, la alimentación sea eficiente", enfatiza, añadiendo que actualmente muchos niños tienden a consumir carbohidratos en exceso, dejando de lado otros grupos alimenticios esenciales como las proteínas, frutas, verduras y lácteos, lo que puede afectar su desarrollo.
La endocrinóloga sugiere que los padres presten atención a señales claras de que sus hijos podrían no estar creciendo adecuadamente. Si un niño no crece al menos cinco centímetros al año, es el más bajo de la clase, no aumenta la talla de zapatos o ropa durante varios meses, o presenta signos de aislamiento, podría haber un problema que requiere atención médica. Factores como el bullying o la falta de ejercicio pueden agravar la situación, así como los malos hábitos de sueño, que también juegan un rol crucial en el desarrollo infantil.
En cuanto al crecimiento, Santana explica que este ocurre de manera acelerada durante la etapa fetal, en gran parte influenciado por la nutrición de la madre. Durante el primer año de vida, la hormona tiroidea es clave, impulsando el crecimiento más significativo en la vida del niño. A partir de la etapa escolar, el ritmo de crecimiento se estabiliza entre cinco y nueve centímetros anuales. Sin embargo, si no alcanzan un crecimiento adecuado durante esta fase, es posible que lo recuperen parcialmente en la pubertad, pero es poco probable que alcancen la altura máxima que podrían haber logrado.
Para asegurar un desarrollo saludable, Santana subraya la importancia de fomentar buenos hábitos de vida. "Lo importante es hacer buenos hábitos, dormir temprano, que se acuesten a más tardar a las 9 de la noche", recomienda, además de prestar atención a cualquier posible enfermedad que pueda estar afectando el crecimiento, como problemas hormonales, los cuales deben ser tratados adecuadamente con la intervención médica necesaria.
Este enfoque integral en la nutrición, el descanso y la detección temprana de posibles desórdenes hormonales es esencial para garantizar que los niños alcancen su potencial de crecimiento.
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