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¿Tiene ventajas ser el segundo niño en la familia?

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Investigaciones recientes sugieren que el orden de nacimiento podría influir en el desarrollo de los niños, especialmente cuando se trata del segundo hijo varón. Un estudio realizado por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) analizó datos de miles de familias en Florida y Dinamarca, encontrando que los segundos hijos varones tienen entre un 20% y 40% más probabilidades de presentar problemas de conducta en comparación con sus hermanos mayores.

Los investigadores examinaron indicadores como desobediencia escolar, dificultades académicas e incluso encuentros con el sistema judicial.

Para asegurar que los resultados no se debían a otros factores, el estudio consideró variables como el nivel socioeconómico y la educación de los padres.

¿Por qué el segundo hijo varón?

Una de las explicaciones propuestas por los investigadores tiene que ver con la distribución de la atención parental. El primer hijo suele recibir atención exclusiva durante sus primeros años, lo que fortalece su seguridad emocional. En cambio, el segundo hijo llega a un entorno donde los padres ya dividen su tiempo y energía.

"El segundo hijo crece observando a un hermano mayor que todavía está aprendiendo", señala el estudio. Esto podría llevar al menor a adoptar comportamientos más desafiantes como forma de llamar la atención o diferenciarse.

Curiosamente, el efecto no se repite con la misma intensidad en las niñas. Los datos muestran que las segundas hijas no presentan las mismas dificultades conductuales que sus contrapartes masculinas. Esta diferencia podría deberse a factores neurológicos, expectativas sociales distintas o incluso a cómo los padres responden según el género del hijo.

No es una sentencia definitiva

Aunque los resultados son significativos, los investigadores advierten que el orden de nacimiento no determina el futuro de un niño. Estudios publicados en la revista PNAS indican que otros factores, como la calidad de las interacciones familiares y las experiencias personales, tienen un peso igual o mayor en el desarrollo.

Los psicólogos consultados destacan que, más allá de los posibles desafíos, los segundos hijos suelen desarrollar habilidades valiosas como creatividad, capacidad de negociación y sociabilidad. Como señala un artículo en Teen Vogue, "la necesidad de diferenciarse puede traducirse en herramientas útiles para la vida adulta".

Entender las tendencias asociadas al orden de nacimiento puede ayudar a los padres a crear un ambiente más equilibrado. Si bien el estudio del MIT muestra patrones interesantes, también deja claro que cada niño es único y que el apoyo familiar puede marcar la diferencia.

-Tiempo individual: Asegurar que cada hijo tenga momentos exclusivos con los padres puede compensar la división natural de atención. "No se trata de cantidad, sino de calidad", explican psicólogos infantiles.

-Evitar comparaciones: Frases como "tu hermano nunca hacía esto" pueden reforzar conductas negativas. En su lugar, los expertos sugieren destacar las cualidades únicas de cada niño.

-Canales para la expresión: Los segundos hijos pueden beneficiarse de actividades que les permitan destacar por sí mismos, ya sea mediante deportes, arte u otros intereses distintos a los de su hermano mayor.

El lado positivo de ser el segundo

Contrario a lo que podrían sugerir los datos sobre conducta, muchas investigaciones resaltan ventajas asociadas a esta posición familiar:

-Habilidades sociales: Al crecer interactuando con un hermano mayor, suelen desarrollar mayor capacidad para negociar y resolver conflictos.

-Flexibilidad: La adaptación a un entorno compartido desde el inicio puede traducirse en mayor resiliencia.

-Creatividad: La búsqueda de diferenciación a menudo se manifiesta en soluciones innovadoras o pensamiento fuera de lo convencional.

Perspectiva científica

El debate sobre el impacto del orden de nacimiento sigue abierto.

Mientras algunos estudios como el del MIT encuentran correlaciones claras, otros –como los publicados en PNAS– recuerdan que factores como el afecto parental y las experiencias individuales tienen un peso determinante.

"Estos datos no son etiquetas", insiste un psicólogo consultado. "Son herramientas para entender cómo cada niño experimenta su lugar en la familia y así poder acompañarlos mejor".

Ser el segundo hijo varón en una familia no es sinónimo de problemas futuros, pero sí implica dinámicas particulares que los padres pueden atender. Desde garantizar atención individual hasta fomentar espacios de expresión única, pequeñas acciones pueden ayudar a que cada niño desarrolle su potencial sin quedar limitado por su posición en la fratría.

Como señala el estudio original: comprender estas tendencias no busca predecir destinos, sino ofrecer recursos para que todas las personalidades florezcan dentro del mismo hogar.

© SomosTV LLC-NC / Photo: © Liz West-Flickr

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