
Sobre el diagnóstico de ADD y ADHD en niños: ¿sobrediagnóstico o falta de atención?
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En algunos estados de Estados Unidos, hasta el 15% de los menores de 17 años son diagnosticados con Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (ADHD) o Trastorno por Déficit de Atención (ADD). Sin embargo, muchos especialistas cuestionan si todos estos diagnósticos son precisos. Según el Miami Herald, esta tendencia ha generado un debate sobre si existe un sobrediagnóstico de estos trastornos o si, por el contrario, hay una mayor conciencia y acceso a especialistas.
Zak Cason, un joven que creció en Sunrise, Florida, y luego se mudó a Maryland, es un ejemplo de esta problemática. Desde pequeño, mostraba señales clásicas de ADHD: dificultad para concentrarse en la escuela, bajas calificaciones y comportamientos disruptivos en el aula. A los siete años, fue diagnosticado por una trabajadora social escolar y comenzó un tratamiento con medicamentos, pasando por ocho fármacos diferentes, incluyendo Ritalin y Adderall. Su caso no es aislado. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), en 2011, aproximadamente el 11% de los niños de 4 a 17 años en Estados Unidos había recibido un diagnóstico de ADHD.
Diferencias regionales y socioeconómicas
El Dr. Carlos Gadia, director asociado del Joe DiMaggio Children’s Hospital en Hollywood, Florida, señala que las tasas de diagnóstico varían significativamente entre regiones. Mientras que en algunos estados del sur y medio oeste la tasa alcanza el 15%, en California es del 6%. “Esto indica que hay un sobrediagnóstico en algunas áreas”, afirma Gadia. Además, en comunidades de bajos recursos, especialmente en áreas hispanas, existe una mayor tolerancia hacia los niños con comportamientos disruptivos, lo que puede llevar a un subdiagnóstico.
“Hay una tendencia a decir, ‘Este niño lo que necesita es disciplina’ cuando puede que ese no sea el caso”, explica.
Sesgo de género y diagnóstico temprano
El ADHD afecta más a los varones que a las niñas, en una proporción de dos a uno. Gadia señala que esto puede deberse a un sesgo de género:
mientras que una niña que sueña despierta en clase puede pasar desapercibida, un niño con el mismo comportamiento es más propenso a ser etiquetado con ADHD. Históricamente, el diagnóstico se realiza alrededor de los seis años, aunque algunos niños son diagnosticados tan temprano como a los tres o cuatro años. Para los más pequeños, se recomienda la terapia conductual como primera línea de tratamiento.
Experiencias personales y tratamiento
Allison Chlimper, residente de North Miami Beach, fue diagnosticada con ADHD a los 10 años. Sus síntomas no eran típicos: tenía una necesidad incontrolable de reírse y dificultad para filtrar sus palabras. Aunque sobresalía en matemáticas, su comprensión de lectura era pobre. Tras ser diagnosticada, comenzó un tratamiento con Ritalin y luego pasó a medicamentos de liberación prolongada. Ahora, como madre de dos hijos, ha dejado de tomar medicamentos debido a los efectos secundarios, como la depresión y la sensación de “sentirse plana todo el tiempo”. Chlimper es parte del 25% de pacientes con ADHD que continúan tomando medicamentos en la edad adulta.
Aunque los medicamentos siguen siendo el tratamiento preferido, los investigadores han explorado otros factores que podrían influir en el ADHD. Estudios recientes sugieren que las alergias a colorantes de alimentos, la genética, la exposición al plomo, lesiones cerebrales, el uso de alcohol y tabaco durante el embarazo, el parto prematuro y el bajo peso al nacer podrían estar relacionados con el trastorno.
Señales y síntomas
Es normal que los niños tengan dificultades para concentrarse o comportarse adecuadamente en ocasiones. Sin embargo, los niños con ADHD no superan estos comportamientos, lo que puede causar problemas en la escuela, el hogar o con sus amigos. Algunos síntomas comunes incluyen:
-Soñar despierto con frecuencia.
-Olvidar o perder cosas.
-Moverse o inquietarse constantemente.
-Hablar en exceso.
-Cometer errores por descuido o tomar riesgos innecesarios.
-Dificultad para resistir la tentación o esperar su turno.
-Problemas para relacionarse con otros.
© SomosTV LLC-NC / Photo: © Brisbane Centre for Psychology
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