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Niños en verano: ¿Intentamos cambiar las pantallas por páginas de libros?

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El calor del verano puede convertir los días en un interminable ciclo de aire acondicionado y pantallas. Para muchos padres, esta época del año se convierte en una batalla contra el exceso de tecnología, especialmente cuando el llamado "retroceso de verano" —la pérdida de habilidades académicas durante las vacaciones— empieza a ser una preocupación. Según datos recientes, el 40% de los estudiantes de cuarto grado en Estados Unidos tienen habilidades de lectura "por debajo del nivel básico".

Pero obligar a los niños a leer como si fuera una tarea escolar puede ser contraproducente. "Si convertimos la lectura en una obligación, le quitamos todo el placer", advierte Lauren Tarshis, autora de la serie infantil "I Survived" y vicepresidenta de Scholastic. En lugar de imponer horarios rígidos, los expertos proponen estrategias más orgánicas para integrar los libros en la rutina estival.

1) Leer en familia, sin pantallas de por medio Tarshis sugiere que los padres den el ejemplo: "Podemos decir: 'Vamos a dejar los teléfonos de tal hora a tal hora y todos leeremos'. La idea es normalizar la lectura como algo cotidiano, no como un castigo". Visitar bibliotecas o librerías juntos también ayuda a crear un vínculo positivo con los libros.

2) Encontrar el libro adecuado (aunque no sea un clásico) No todos los niños se enganchan con los mismos formatos. Lea Anne Borders, fundadora de Bookelicious —una plataforma que recomienda libros basados en los intereses del niño—, explica que la clave está en la personalización: "La motivación surge cuando encuentran libros que les resultan relevantes". Su sitio utiliza avatares llamados "bookmojis" para sugerir títulos: si un niño elige un disfraz de deportista, el sistema recomendará libros sobre fútbol o baloncesto.

Los audiolibros, novelas gráficas o incluso artículos en internet también cuentan. Steve Potash, CEO de OverDrive, señala que el formato digital está ganando terreno en bibliotecas escolares. Entre los títulos más leídos por niños en plataformas como Libby figuran "The Lightning Thief" de Rick Riordan y la saga "Harry Potter".

3) Incentivos que no sean dinero

Algunas librerías y programas de lectura ofrecen recompensas por cumplir metas, como el reto de Barnes & Noble (un libro gratis al completar un diario de lectura) o el de Bookelicious (25 dólares por realizar 10 actividades). Pero los premios no tienen que ser materiales: una salida a la heladería o tiempo extra de pantalla por cada libro terminado pueden ser igual de efectivos.

4) Leer no siempre significa un libro

Para los niños más reacios, Tarshis —que tuvo dificultades de lectura en su infancia— propone alternativas: "Si van a un parque de atracciones, que lean reseñas sobre las montañas rusas. Si ven una película como 'Cómo entrenar a tu dragón', que investiguen sobre vikingos". Hasta un manual de instrucciones de un juguete nuevo puede servir para practicar.

5) Compartir la experiencia

La lectura suele ser un acto solitario, pero puede convertirse en una actividad social. Organizar un club de lectura con otros padres, unirse a grupos silenciosos en bibliotecas o simplemente comentar los libros en familia refuerza el hábito. "Cuando los niños ven que los adultos también discuten lo que leen, entienden que no es solo cosa de niños", añade Tarshis.

Lecturas recomendadas por los propios niños (según datos de OverDrive):

Sagas más populares: "Percy Jackson", "Diario de Greg", "Wings of Fire".

Clásicos con vigencia: "Mujercitas", "Ana de las Tejas Verdes".

Novelas gráficas: "Hot Mess" de Jeff Kinney.

El verano no tiene que ser una lucha constante contra las pantallas. Con flexibilidad y algo de creatividad, los libros pueden competir con los videojuegos. O, al menos, ganar alguna batalla.

© SomosTV LLC-NC / Photo: © Alex P-Pexels

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