
Las recomendaciones de los pediatras de la AAP para evitar las expulsiones en la edad preescolar
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Para los niños pequeños, el preescolar y el cuidado infantil deben ser espacios seguros y enriquecedores que fomenten el aprendizaje y el crecimiento. Sin embargo, con demasiada frecuencia, los menores son expulsados de estos programas cuando muestran comportamientos peligrosos o disruptivos, leemos en la web de la Academia Americana de Pediatría (AAP).
Según estimaciones, los programas públicos y privados de preescolar para niños de 3 a 4 años suspenden a aproximadamente 50,000 estudiantes al año. Otros 17,000 son expulsados. Esto significa que, en promedio, 250 preescolares son sacados de aulas y centros de cuidado infantil cada día.
Cuando los niños golpean, gritan, usan lenguaje agresivo o se niegan a seguir instrucciones, otros menores no se sienten seguros. Por eso, administradores y educadores suelen recurrir a suspensiones o expulsiones. No obstante, estudios sobre estos comportamientos sugieren que hay factores subyacentes y formas de abordarlos para reducir las expulsiones y sus consecuencias a largo plazo.
Problemas emocionales y de conducta no atendidos
La evidencia sobre el desarrollo infantil y los efectos del estrés o el trauma indica que los niños no actúan con mala intención. A menudo, son impulsados por emociones como el miedo o la frustración, y carecen de habilidades para expresar lo que sienten.
La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) considera el preescolar y el cuidado infantil como pilares del aprendizaje saludable. Aunque respalda el derecho de estos espacios a garantizar la seguridad, advierte que:
-Los preescolares son expulsados tres veces más que los niños de primaria.
-Las aulas suelen tener altas proporciones de alumnos por maestro, lo que dificulta manejar conductas desafiantes.
-Los educadores a menudo carecen de recursos para evaluar situaciones y diseñar alternativas a la expulsión.
-El "sesgo implícito" (creencias inconscientes que discriminan a grupos específicos) puede influir en decisiones de expulsión, agravando el impacto del racismo o la intolerancia.
En su declaración política "Abordar la expulsión en la educación temprana y el cuidado infantil", la AAP recomienda medidas para reducir suspensiones y expulsiones.
Consecuencias de la expulsión en preescolar
Las investigaciones revelan que:
-Tras una expulsión, otros centros pueden negar servicios educativos o terapéuticos al niño, aislándolo del apoyo que necesita.
-Los expulsados tienen 10 veces más probabilidades de abandonar la secundaria y de ser encarcelados en la adultez.
"Los centros de preescolar son cruciales para el éxito futuro de los niños. Por eso, debemos entender las causas de sus conductas y cómo abordarlas", señala la AAP.
Los estudios muestran que las acciones disruptivas rara vez son elecciones deliberadas. Algunos factores subyacentes incluyen:
-Problemas de salud mental: El 75% de los niños que necesitan apoyo mental no lo reciben, lo que aumenta el riesgo de conductas agresivas.
-Retrasos del desarrollo: Condiciones como el autismo o dificultades de comunicación pueden generar frustración y agresividad.
-Adversidad y trauma: Abuso, negligencia, inestabilidad económica, violencia doméstica, racismo o separación familiar afectan el desarrollo cerebral y la conducta.
Estrategias de apoyo para niños y educadores
En lugar de castigar, la AAP propone:
Para los niños:
-Entornos estables y seguros.
-Relaciones nutritivas con cuidadores.
-Acceso a servicios de salud mental, incluido cuidado informado sobre el trauma.
Para los educadores:
-Aulas con recursos adecuados y tamaños de grupo manejables.
-Capacitación en desarrollo infantil y manejo de conductas.
-Acceso a profesionales de salud mental para evaluar estudiantes y prevenir el agotamiento docente.
Además, se necesita combatir el sesgo implícito. Por ejemplo, estudios indican que muchos maestros juzgan con más dureza a niños negros, asumiendo erróneamente que "deberían controlar sus acciones a su edad".
Recomendaciones de la AAP para pediatras
La política insta a los médicos a:
-Evaluar problemas de salud mental en niños y abordar efectos del trauma.
-Educar a familias sobre el impacto del estrés tóxico y factores de resiliencia.
-Colaborar con educadores para crear planes de apoyo conductual y evitar expulsiones.
Trabajo en comunidad
La AAP también aboga por:
-Eliminar el sesgo implícito en centros infantiles.
-Apoyar a educadores con mejores salarios y capacitación.
-Promover programas locales y federales que fomenten la resiliencia en familias.
"Al unirnos, podemos hacer del preescolar una etapa de crecimiento robusto que prepare a los niños para una vida saludable y un bienestar socioemocional", concluye la declaración.
© SomosTV LLC-NC / Photo: © USDA
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