
El papel de los hermanos en el desarrollo infantil
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La mayoría de los niños en el mundo crece al lado de al menos un hermano, una relación que suele extenderse por más tiempo que cualquier otro vínculo familiar a lo largo de la vida. A pesar de su importancia, el estudio de las dinámicas fraternas ha recibido menos atención que el análisis de las relaciones entre padres e hijos. Las investigadoras Nina Howe y Holly Recchia, del Departamento de Educación y del Centro de Investigación en Desarrollo Humano de la Universidad Concordia, han explorado este tema, destacando cómo los hermanos influyen mutuamente en su crecimiento emocional y social.
A diferencia de enfoques anteriores, que se centraban en variables estructurales como el orden de nacimiento o la diferencia de edad, estudios recientes analizan procesos más complejos, como la manera en que los niños interpretan sus interacciones. Los hermanos no solo son parte fundamental del sistema familiar, sino que también actúan como un contexto clave para el aprendizaje. Sin embargo, investigar estas relaciones plantea desafíos metodológicos, especialmente al intentar separar el impacto de la edad y el desarrollo individual.
Características de la relación fraternal en la primera infancia
Las interacciones entre hermanos pequeños se distinguen por cuatro rasgos principales. En primer lugar, están marcadas por emociones intensas y sin filtro, que pueden ser tanto positivas como negativas, y a veces incluso ambivalentes. "Estas relaciones son emocionalmente ricas, con una espontaneidad que no siempre se encuentra en otros vínculos", señalan Howe y Recchia.
En segundo lugar, existe un alto grado de intimidad. Los hermanos pasan mucho tiempo juntos, lo que les permite conocerse profundamente. Esta cercanía facilita el apoyo emocional y práctico, pero también da pie a conflictos y competencia. "Comparten juegos, peleas y aprendizajes sobre cómo entender las perspectivas del otro", explican las investigadoras.
Un tercer aspecto es la gran variabilidad en la calidad de estas relaciones. Mientras algunos hermanos desarrollan lazos estrechos y solidarios, otros mantienen dinámicas más tensas o distantes.
Por último, la diferencia de edad introduce cuestiones de poder y rivalidad, pero también oportunidades para intercambios complementarios, como enseñar o cuidar al menor. "Los celos y la competencia son comunes, pero también lo son la colaboración y la protección", agregan.
Desafíos para los padres y limitaciones en la investigación
Para los padres, gestionar estas relaciones puede ser complicado debido a su carga emocional. Un factor que suele generar tensiones es el trato diferenciado hacia cada hijo, ya sea por edad, personalidad o necesidades específicas. "Los niños son sensibles a las comparaciones, y la percepción de injusticia puede afectar su autoestima y la relación entre ellos", advierten las especialistas.
A nivel metodológico, los estudios sobre hermanos enfrentan obstáculos. El orden de nacimiento y las diferencias de edad a menudo se superponen con otros factores, lo que dificulta aislar su influencia real. Además, la mayoría de las investigaciones se han realizado en familias de clase media con dos hijos, dejando fuera realidades como las familias monoparentales, las de bajo nivel socioeconómico o las de culturas no occidentales.
Aunque existen algunos trabajos sobre familias mexicanas, las autoras destacan la necesidad de ampliar la diversidad en las muestras para comprender mejor cómo operan estas dinámicas en distintos contextos. "Recolectar datos en entornos naturales, como los hogares, lleva tiempo, pero proporciona información valiosa sobre cómo interactúan los hermanos en su vida cotidiana", concluyen.
Este campo de estudio sigue evolucionando, con preguntas pendientes sobre cómo las relaciones fraternas moldean habilidades sociales, regulación emocional y autoestima a largo plazo. Lo que está claro es que los hermanos no son solo compañeros de infancia, sino figuras clave en la configuración de la manera en que los niños entienden el mundo y a sí mismos.
La mayoría de las investigaciones se basan en observaciones directas de hermanos interactuando en casa, generalmente en presencia de sus madres, aunque algunos estudios también incluyen a los padres. Estos datos se complementan con evaluaciones del desarrollo cognitivo y emocional, así como con ejercicios diseñados para medir habilidades como la negociación de conflictos o la colaboración en juegos.
"Los hermanos son un laboratorio natural para el aprendizaje social", señalan las investigadoras Nina Howe y Holly Recchia. "Sus interacciones, desde las peleas hasta los juegos compartidos, ofrecen información valiosa sobre cómo los niños desarrollan empatía, resolución de problemas y comprensión de las emociones ajenas".
Preguntas clave en la investigación
Uno de los principales interrogantes es por qué algunas díadas fraternas funcionan como un sistema de apoyo mutuo, mientras que otras están marcadas por la rivalidad y el conflicto. A partir de esta pregunta central, surgen otras:
-¿Cómo influye la calidad de la relación fraterna en la adaptación social y emocional de los niños?
-¿Cuál es el papel de los padres en los conflictos entre hermanos? ¿El trato diferenciado (favoritismo) afecta la dinámica entre ellos?
-¿Qué peso tienen la edad, el orden de nacimiento, el género y el temperamento individual en la relación?
-¿Cómo las interacciones tempranas impactan en la relación a largo plazo?
Hallazgos recientes
1) Hermanos como "entrenadores" emocionales y sociales Los estudios confirman que los hermanos desempeñan un papel crucial en el desarrollo de la teoría de la mente—la capacidad de entender emociones, intenciones y pensamientos ajenos. Esta comprensión se manifiesta primero en interacciones cotidianas (bromas, juegos simbólicos o discusiones) antes de reflejarse en pruebas formales.
"Los niños que participan frecuentemente en juegos de roles con sus hermanos muestran mayor creatividad, empatía y habilidades para resolver conflictos", explica Howe. Además, estos beneficios se extienden hasta la vida escolar: aquellos con experiencias positivas de juego suelen adaptarse mejor al primer grado.
2) Conflictos fraternos: ¿intervenir o no intervenir?
Los enfrentamientos entre hermanos son inevitables y, en muchos casos, útiles para aprender a negociar. Sin embargo, cuando son demasiado agresivos o frecuentes, pueden predecir problemas futuros, como conductas violentas en la adultez.
"El conflicto es normal, pero su manejo define sus consecuencias", advierte Recchia. Algunos padres optan por mediar, mientras que otros dejan que los niños resuelvan solos. Estudios recientes proponen un punto medio: la mediación guiada, donde los padres estructuran la discusión sin imponer soluciones.
"Enseñar a los niños a escuchar y negociar—en lugar de simplemente castigar al 'culpable'—reduce la intensidad de los conflictos y fomenta resoluciones más colaborativas", agrega.
3) El peligro del favoritismo parental
Cuando los padres tratan a sus hijos de manera desigual—ya sea en afecto, disciplina o atención—, las relaciones fraternas tienden a volverse más conflictivas. Pero el factor crítico no es la diferencia en sí, sino la percepción de injusticia por parte de los niños.
"Los celos en edad preescolar suelen correlacionarse con relaciones frías o rivalidades duraderas", señala Howe. Por eso, los expertos recomiendan evitar comparaciones y explicar las decisiones (ej.: "Tu hermano necesita más ayuda con la tarea hoy") para mitigar resentimientos.
Aunque los estudios han avanzado, persisten limitaciones. La mayoría se centra en familias occidentales de clase media con dos hijos, dejando fuera realidades como hogares monoparentales, familias numerosas o contextos culturales distintos.
"Necesitamos más investigación en diversidad de entornos", coinciden las autoras. "Pero lo que está claro es que los hermanos no son solo compañeros de infancia: son arquitectos clave de habilidades sociales, regulación emocional y autoconcepto".
Mientras la ciencia sigue explorando estas dinámicas, una cosa es segura: la relación fraterna—con sus risas, peleas y complicidades—deja una huella profunda en cómo los niños entienden el mundo y a sí mismos.
© SomosTV LLC-NC / Photo: © Celebindiaworld
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