
Cuando los niños hacen preguntas incómodas…
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Los niños suelen sorprender a los adultos con preguntas que parecen propias de filósofos o científicos: "¿Qué había antes del Big Bang?", "¿Por qué la gente tiene que morir?" o "¿Existe el mal en el mundo?".
Estas interrogantes, aunque incómodas en ocasiones, son una muestra de su curiosidad natural y su capacidad de razonamiento, dicen en Bebés y Más.
Ante estas situaciones, muchos padres y cuidadores se preguntan cómo responder sin mentir, pero sin abrumar con explicaciones demasiado técnicas. A continuación, algunas estrategias para abordar estas conversaciones de manera respetuosa y enriquecedora.
1) Valida su pregunta sin minimizarla
Cuando un niño hace una pregunta compleja, es común responder con evasivas como "ya lo entenderás cuando seas mayor". Sin embargo, esto puede interpretarse como un rechazo a su curiosidad. En lugar de eso, se puede reconocer la importancia de su pregunta:
"Esa es una pregunta muy interesante, incluso los adultos seguimos pensando en eso. ¿Qué crees tú?"
Este enfoque no solo valida su inquietud, sino que también abre un espacio para el diálogo.
2) Adapta la respuesta a su edad
Un niño de cuatro años no procesa la información de la misma manera que uno de diez. Por eso, las respuestas deben ajustarse a su nivel de comprensión:
Para un niño pequeño que pregunta "¿Qué pasa cuando alguien muere?", se puede decir: "El cuerpo deja de funcionar, pero la persona sigue viva en nuestros recuerdos y en el amor que nos dejó."
Para un niño mayor, se puede profundizar un poco más, mencionando diferentes creencias culturales o científicas.
3) Sé honesto, pero sin saturarlos de información No es necesario inventar respuestas ni dar explicaciones demasiado técnicas. Si no se sabe algo, se puede admitir con naturalidad:
"No estoy seguro, pero podemos investigar juntos."
En preguntas como "¿Hay vida en otros planetas?", una respuesta posible sería: "Los científicos todavía no lo saben, pero hay muchas teorías. ¿Te gustaría explorar algunas?"
4) Fomenta su pensamiento crítico
En lugar de dar respuestas definitivas, se puede devolver la pregunta para que el niño reflexione:
"¿Tú qué crees que había antes del Big Bang?"
"¿Cómo imaginas que empezó todo?"
Esto no solo estimula su razonamiento, sino que les hace sentir que sus ideas son valiosas.
5) Detecta la emoción detrás de la pregunta A veces, una pregunta aparentemente filosófica esconde un miedo o una preocupación. Si un niño pregunta "¿Vas a morirte algún día?", puede estar expresando temor a la separación. En esos casos, lo más importante es brindar seguridad:
"Entiendo que eso pueda asustarte. Pero ahora estoy aquí, y podemos hablar de lo que sientes cuando lo necesites."
La importancia de mantener el diálogo abierto
Como señalaba el psicólogo Jean Piaget, el objetivo no es dar todas las respuestas, sino enseñar a los niños a buscarlas con confianza. Cuando los adultos responden con paciencia y honestidad, les transmiten un mensaje claro: "Tus preguntas importan, y siempre puedes contar conmigo para explorarlas."
Al final, más que las respuestas exactas, lo que queda en la memoria infantil es la sensación de haber sido escuchados y acompañados en su proceso de descubrir el mundo.
© SomosTV LLC-NC / Photo: © Freerange Stock
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