
Consejos para fomentar las habilidades sociales de tus niños
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Criar a un niño no solo implica velar por su salud física, sino también fomentar su bienestar emocional, su capacidad para relacionarse y su resiliencia. La inteligencia emocional juega un papel fundamental en este proceso, ya que ayuda a los niños a desarrollar habilidades sociales como la empatía, la resolución de conflictos y la gestión del estrés. Según Kelsey Mora, experta en crianza, “los niños que se comunican bien, manejan las emociones de manera eficaz y construyen relaciones saludables, han aprendido estas habilidades de sus padres”.
Aquí presentamos seis estrategias que pueden ayudar a los padres a fortalecer las habilidades sociales y emocionales de sus hijos.
1) Enseñar a identificar y validar emociones
Identificar emociones no es algo sencillo, ni siquiera para los adultos. Sin embargo, es fundamental que los niños aprendan a reconocer y expresar sus propias emociones. La psicóloga María Jesús Campos Osa señala que los padres deben nombrar diferentes emociones delante de los niños para que estos aprendan a reconocerlas y normalizarlas, ya sean agradables o no. Además, es importante validar las emociones de los niños y evitar frases como “no llores”, ya que, según Mora, esto “enseña a los niños que todos los sentimientos están bien y les permite sentirse seguros al expresarse”.
2) Mantener conversaciones honestas, incluso sobre temas difíciles
La honestidad en las conversaciones con los niños debe adaptarse a su nivel de desarrollo, pero evitar temas complicados como la muerte o una enfermedad no siempre es beneficioso. Mora explica que los padres que abordan estos temas con honestidad “utilizan un lenguaje sencillo y claro e invitan a hacer preguntas, enseñando a los niños que está bien hablar sobre temas incómodos y buscar apoyo”. Esto ayuda a los niños a sentirse más seguros y preparados para enfrentar situaciones difíciles.
3) Fomentar la empatía y el respeto en las discusiones
Las discusiones entre adultos pueden ser una oportunidad para enseñar a los niños a gestionar conflictos de manera constructiva. Si los niños observan que sus padres mantienen la calma y se respetan mutuamente, incluso cuando tienen opiniones diferentes, aprenderán a hacer lo mismo. Mora recomienda hacer preguntas como “¿Cómo crees que se siente tu amigo con lo que acaba de pasar?” o “¿Qué crees que les ayudaría a sentirse mejor?”. Estas preguntas no solo fomentan la empatía, sino que también ayudan a los niños a comprender cómo sus acciones afectan a los demás.
4) Establecer límites claros y consistentes
Aunque la crianza amable es importante, también es necesario establecer límites claros. El neuropsicólogo Álvaro Bilbao explica que los límites son “imprescindibles para desarrollar un sentido de seguridad y comprender qué comportamientos son aceptables”. Estos límites deben ser consistentes y comunicados de manera firme pero amorosa, explicando las razones detrás de ellos. Esto no solo ayuda a los niños a entender las normas, sino que también les enseña a expresar sus propios límites de manera clara y respetuosa en el futuro.
5) Fomentar la resolución de problemas
En lugar de resolver siempre los problemas de sus hijos, los padres pueden darles herramientas para que aprendan a enfrentar sus propios desafíos. Mora sugiere hacer preguntas como “¿Qué crees que podríamos intentar para mejorar esto?”. Este enfoque ayuda a los niños a desarrollar confianza y resiliencia, preparándolos para superar obstáculos en el futuro.
6) Jugar con ellos y priorizar el tiempo no estructurado
El juego es una forma natural para que los niños desarrollen habilidades motoras, emocionales y sociales. Según Unicef, el juego les permite procesar emociones, superar desafíos y construir relaciones. Mora recomienda que los padres participen en los juegos con sus hijos y prioricen el tiempo de juego no estructurado, ya que esto fomenta la creatividad, la cooperación y la confianza.
7) Prepararlos para el futuro
La anticipación es clave para ayudar a los niños a sentirse seguros ante nuevas experiencias. Mora sugiere hablar con ellos sobre lo que pueden esperar antes de un evento, como una visita al médico, explicándoles paso a paso lo que sucederá. También se pueden practicar situaciones sociales difíciles, como establecer límites, para que los niños sepan cómo defender sus necesidades en el futuro.
Estas estrategias no solo ayudan a los niños a desarrollar habilidades emocionales y sociales, sino que también los preparan para enfrentar los desafíos de la vida con mayor confianza y resiliencia. Como concluye Mora, “los niños aprenden estas habilidades de sus padres”, por lo que es fundamental que los adultos modelen comportamientos saludables y brinden un entorno de apoyo y comprensión.
© SomosTV LLC-NC / Photo: © Dziana Hasanbekava-Pexels
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