
Cómo manejar las rabietas infantiles: consejos de un psicólogo
publisher
mcora
Las rabietas son una parte normal del desarrollo infantil, pero pueden ser un desafío para muchas familias. Alberto Soler, psicólogo y creador del canal de YouTube Píldoras de Psicología, explica que estos episodios son una forma natural de expresar frustración y ofrece estrategias para manejarlos de manera respetuosa. "Es fundamental entender que los pequeños no tienen otra forma de expresar su frustración y que las rabietas suelen disminuir a partir de los 4 o 5 años", afirma Soler, citado por El Confidencial.
Una de las claves para reducir las rabietas es evitar situaciones que puedan desencadenarlas. "Más vale prevenir que curar", señala Soler. Por ejemplo, si un niño suele insistir en detenerse en un parque de camino a la escuela, cambiar la ruta puede evitar conflictos innecesarios.
Mantener la calma es otro aspecto crucial. "Nosotros somos los adultos, los que tenemos que controlar nuestras emociones y darles seguridad", explica el psicólogo. Perder los nervios solo empeora la situación, ya que el niño puede sentirse aún más abrumado emocionalmente.
No todas las situaciones requieren un "no" rotundo. "Si el niño quiere ponerse la camiseta roja en lugar de la verde, no pasa nada por ceder", indica Soler. Sin embargo, cuando no es posible cumplir con lo que piden, como comprar todo lo que desean en un supermercado, es importante ofrecer alternativas. "Ya sé que quieres esto, cariño, pero ahora no puede ser. ¿Qué te parece si hacemos esto otro?", sugiere el experto.
Comunicación y contacto físico
Durante una rabieta, la comunicación efectiva es esencial. Soler recomienda hablarle al niño con un tono calmado y ponerse a su altura física. "Mirarle a los ojos y usar un lenguaje sencillo ayuda a que nos escuche", subraya. Además, es importante evitar frases que generen culpa o vergüenza, como "pareces tonto" o "estás haciendo el ridículo". En su lugar, el psicólogo sugiere transmitir que el afecto de los padres no cambia, incluso durante un berrinche.
El contacto físico también puede ser útil, aunque depende de cada niño. Algunos rechazan el contacto durante la rabieta, mientras que otros lo buscan. Soler recomienda respetar el espacio del pequeño y, si lo solicitan, ofrecer un abrazo o acompañamiento sin invadir su momento de frustración.
El psicólogo enfatiza la importancia de evitar discursos largos durante una rabieta. "Cuanto más claros, breves y sencillos sean nuestros mensajes, mejor", sostiene. Frases como "Lo siento, pero esto ahora no puede ser" son más efectivas que explicaciones extensas. Una vez que la rabieta ha pasado, es útil hablar con el niño sobre lo sucedido y buscar alternativas para futuras ocasiones.
© SomosTV LLC-NC / Photo: © DAIA
Comentarios