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Cómo afectan las alergias a la salud mental infantil

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Las alergias alimentarias no solo afectan la salud física de quienes las padecen, sino que también generan un impacto significativo en su bienestar emocional, especialmente en el caso de los niños. El caso de Estefanía Pineda, madre de tres hijos, narrado por El País, ilustra cómo estas afecciones pueden influir tanto en el entorno familiar como en la calidad de vida de los menores.

Pineda tiene dos hijos con alergias: el mayor, de 13 años, padece alergia a la proteína de la leche de vaca, es asmático y sufre esofagitis y colitis eosinofílica, mientras que el mediano, de 11 años, tiene alergias ambientales y alimentarias, entre ellas a las lentejas, aunque ha superado la del huevo. Ante esta situación, Pineda ha transformado su experiencia en una fuente de aprendizaje, creando la tienda "Sin trazas de leche" en Motril (Granada) y publicando el libro "La alergia no es un cuento". Sin embargo, admite que la convivencia con estas afecciones ha sido un desafío constante. “Vivo con ansiedad. Cualquier persona que habla conmigo me dice que estoy acelerada. Es mi manera de ser, ya vivo siempre alerta”, comparte.

Ansiedad y frustración en la infancia

La alergia alimentaria no solo afecta a los padres; también tiene un impacto emocional directo en los niños. Según Pineda, el diagnóstico de su hijo mayor le hizo sentir diferente, una percepción que se intensificó en el entorno escolar. “En el colegio había un cartel con las fotos de los niños que tenían alergia. Aunque era por prevención, de alguna forma se les señala”, explica.

Al llegar a la adolescencia, la situación se tornó más compleja. Pineda relata cómo su hijo, al no poder participar en actividades sociales comunes, como comer en hamburgueserías o pizzerías con sus amigos, comenzó a evitar esas reuniones, lo que afectó su socialización y le generó frustración.

El aumento de las alergias alimentarias en la población pediátrica es significativo. Este crecimiento ha ido acompañado de una mayor necesidad de apoyo psicológico, como se refleja en un estudio presentado en la reunión anual del Colegio Estadounidense de Alergia, Asma e Inmunología (ACAAI). Según el informe, entre 2013 y 2023, las derivaciones a servicios de psicología por alergias alimentarias se multiplicaron por 11, y el 69% de los menores analizados presentaba ansiedad relacionada con la comida.

David Stukus, alergólogo y coautor del estudio, destacó la importancia de atender este problema desde una perspectiva integral: “Ampliar los servicios psicológicos para estos pacientes debería ser una parte importante de cómo intentamos ayudar a las familias a llevar una vida normal y, al mismo tiempo, equilibrar el tratamiento de la alergia alimentaria”.

Julia Vidal Fernández, psicóloga, señala que es crucial integrar el apoyo psicológico en el manejo de las alergias. “Desde lo médico se trata lo médico, pero cuando salen de la consulta, esa otra parte mental no se atiende. Esa atención es fundamental para reducir el estrés y fortalecer la autonomía en los niños”, afirma.

María José Goikoetxea, alergóloga, subraya la importancia de “empoderar” al niño para que se relacione con su alergia de manera autónoma desde una edad temprana. Esto incluye enseñarle el uso de dispositivos como la adrenalina autoinyectable y fomentar su participación activa en el manejo de su condición.

Impacto social y emocional

El efecto de las alergias también se extiende al ámbito social, donde los niños pueden sentirse estigmatizados o incluso sufrir acoso escolar. Elena Molina, del Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación, comenta: “Sienten como que siempre son los pesados que están preguntando si esto tiene tal alimento, que si no puede comer lo otro”.

La solución, según Vidal, radica en un enfoque equilibrado. “No es lo mismo que un padre le grite a su hijo ‘¡Ten cuidado!’ que le diga: ‘Eres consciente de tu alergia, no pasa nada, si te ofrecen esto, tú llevarás esto otro’. De la segunda manera están educando a los hijos a afrontar una dificultad, con herramientas, sin dramatismos”.

Este enfoque no solo ayuda a los niños a manejar su condición, sino que, según Vidal, puede convertirse en una oportunidad para desarrollar resiliencia: “Lo que puede ser un factor de vulnerabilidad acaba siendo un factor para un mayor desarrollo de la resiliencia”.

El manejo integral de las alergias, que incluye tanto la atención médica como el apoyo emocional, es fundamental para mejorar la calidad de vida de los niños y sus familias.

© SomosTV LLC-NC / Photo: © Bing IG

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