
Hidratación infantil en verano: señales de alerta y recomendaciones según la edad
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Durante los meses de verano, los casos de deshidratación infantil aumentan considerablemente en las consultas pediátricas. El calor, la humedad y la mayor actividad física al aire libre —en campamentos, deportes o juegos— pueden provocar pérdida acelerada de líquidos en los niños, incluso antes de que manifiesten sed.
¿Por qué los niños son más vulnerables?
A diferencia de los adultos, los niños y bebés tienen sistemas de regulación térmica menos eficientes y suelen reconocer la sed cuando ya están levemente deshidratados. Además, pierden líquidos más rápido a través del sudor y un metabolismo más acelerado durante el ejercicio.
Señales de deshidratación
Leve: orina oscura (amarillo intenso o anaranjado), mareos, náuseas, dolor de cabeza, labios o boca seca.
Grave: ojos hundidos, piel pálida o fría, ausencia de lágrimas al llorar, irritabilidad, confusión o respiración acelerada. En estos casos, se recomienda atención médica inmediata.
Recomendaciones para mantener la hidratación
Agua como principal fuente:
-Priorizar el agua sobre jugos o refrescos.
-Proporcionar botellas reutilizables atractivas para los niños y llenarlas periódicamente.
-Mantener una jarra de agua fría en el refrigerador para incentivar el consumo constante.
Alimentos con alto contenido acuoso:
Frutas como sandía, fresas, naranjas o pepinos pueden complementar la ingesta de líquidos.
Bebidas alternativas:
Para niños que rechazan el agua, se pueden ofrecer aguas saborizadas naturales o soluciones de electrolitos, vigilando que tengan bajo contenido de azúcar.
Ejemplo familiar:
Los adultos deben modelar hábitos de hidratación adecuados, especialmente durante actividades al aire libre.
Cantidades diarias sugeridas por edad
-1 a 3 años: 2-3 vasos (16-24 onzas).
-5 a 8 años: 5 vasos de 8 onzas (más de 40 onzas).
-9 a 12 años: 7 vasos de 8 onzas (más de 56 onzas).
-Adolescentes: 8-10 vasos (más de 64 onzas).
En días calurosos o con ejercicio intenso, estas cantidades deben incrementarse. Los niños deben beber antes, durante y después de la actividad física.
Consideraciones especiales para bebés
Los menores de 6 meses obtienen los líquidos necesarios de la leche materna o fórmula. No se recomienda agua adicional.
Entre 6 y 12 meses, pueden consumir 4-8 onzas de agua al día, previa consulta con el pediatra.
Advertencia: diluir incorrectamente la fórmula puede causar intoxicación por agua o afectar el aumento de peso.
El verano es una época clave para fomentar la hidratación consciente. Observar el color de la orina, ofrecer agua frecuentemente y reconocer los síntomas tempranos de deshidratación son acciones simples que previenen complicaciones. Como recordatorio adicional, los pediatras insisten en revisar los asientos traseros y maleteros de los vehículos antes de cerrarlos, para evitar accidentes relacionados con el calor.
© SomosTV LLC-NC / Photo: © PXHere
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