
Menores reclaman más información… y más escucha
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Pablo, de 14 años, relata una experiencia común: "Me han excluido de conversaciones solo por mi edad". Junto a Ariadna, participante de la campaña "El Mejor Trato" de la ONG Educo, evidencia un patrón de invisibilización hacia la infancia. Aunque la Convención de los Derechos del Niño de la ONU reconoce su derecho a participar en decisiones que les afectan, ambos coinciden en que los adultos suelen menospreciar sus opiniones con frases como "tú de esto no sabes" o interrupciones constantes.
Miriam Torán, de Educo, señala que estas actitudes —a menudo normalizadas— constituyen violencias sutiles. "Ridiculizar o hacer callar de forma humillante afecta directamente su bienestar", explica. Según talleres de la organización, estos gestos generan sufrimiento y limitan su autoestima. "Si no se nos da el poder de intentar cosas, al final nos rendimos", agrega Pablo, quien critica la falta de confianza en sus capacidades.
Brechas en la comunicación
El lenguaje adulto se erige como otra barrera. Ariadna indica que, ante explicaciones técnicas de profesores o políticos, muchos jóvenes recurren a redes sociales, "aunque sabemos que no siempre son fuentes fiables". Una encuesta de Educo a 500 adolescentes revela que el 30% tiene dificultades para entender a los adultos, porcentaje que aumenta al 16% cuando se trata de discursos mediáticos o políticos. "No queremos que piensen que tenemos desinterés", recalca Ariadna.
Los datos también muestran que uno de cada tres menores ha recibido comentarios incómodos de adultos, cifra que alcanza el 80% si se incluyen testimonios indirectos. Torán subraya que estos entornos afectan su desarrollo: "Las agendas adultas invaden sus tiempos, especialmente de quienes tienen necesidades especiales".
Espacios y confianza: claves pendientes
Los adolescentes piden espacios físicos adaptados: aulas con luz natural, acceso al exterior y diseño seguro. "Deben ser cómodos y cercanos", indica Torán, quien sugiere involucrarlos en el diseño para identificar riesgos. Pero más allá de lo tangible, reclaman autonomía. "Que no estén tan encima; ya pediremos ayuda", resume Pablo.
La relación con docentes, aunque compleja por "la brecha generacional y la relación de poder", requiere, según él, "encontrar un punto medio". Torán concluye: "Protegerlos no es solo evitar lo evidente, sino revisar cómo les hablamos y escuchamos". Para Ariadna, el cambio radica en que "los adultos sean el reflejo de lo que esperan que seamos nosotros".
© SomosTV LLC-NC / Photo: © Ketut Subiyanto-Pexels
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