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Alertan sobre sustancias tóxicas en colchones para niños

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Un estudio publicado en The Guardian reveló la presencia de ftalatos, retardantes de llama y filtros UV en el aire de habitaciones infantiles, con concentraciones más altas cerca de las camas. La investigación, revisada por pares y centrada en menores de cuatro años, analizó 16 marcas de colchones vendidos en Estados Unidos y Canadá. Todos contenían compuestos vinculados a cáncer, alteraciones hormonales y daños neurológicos, según los autores.

El calor corporal de los niños incrementa la liberación de estas sustancias al ambiente. Miriam Diamond, química ambiental de la Universidad de Toronto y coautora del estudio, señaló: "Nos sorprendieron mucho los niveles de químicos encontrados. Un colchón contenía hasta un 3% de su peso en retardantes de llama". Estos compuestos, clasificados como semi-volátiles, se desprenden con el tiempo, mezclándose con el polvo o siendo absorbidos por la piel.

Aunque algunos ftalatos están restringidos en productos infantiles en Estados Unidos, cuatro colchones analizados superaron esos límites.

Además, el TCEP —un retardante de llama prohibido en ciertos usos— representó el 1% del peso de un colchón evaluado. Pese a las normativas de inflamabilidad, los fabricantes priorizan el uso de estos químicos, criticados por expertos en salud y bomberos por su toxicidad y baja eficacia.

Actualmente, no hay regulaciones federales en EE.UU. o Canadá que limiten estos compuestos en colchones. Los productos analizados, vendidos por menos de 150 dólares y fabricados con materiales de China, México o Turquía, evidencian un vacío legal. Diamond fue clara: "Los productores de colchones deben dejar de usar químicos tóxicos".

Para reducir riesgos, los investigadores sugieren optar por colchones sin retardantes de llama o con alternativas como lana. El algodón y el látex suelen contener menos ftalatos, aunque no hay garantías. También recomiendan airear los colchones antes de usarlos y colocar una toalla de felpa como barrera entre el niño y la superficie.

El estudio no identificó marcas específicas, pero subrayó que se trata de productos comunes y accesibles. La combinación de calor corporal, materiales sintéticos y falta de regulación convierte los dormitorios infantiles en espacios donde la exposición a tóxicos puede ser constante, planteando un desafío urgente para la salud pública.

© SomosTV LLC-NC / Photo: © cottonbro studio-Pexels

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