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La neurociencia de la respiración: cómo los niños pueden moldear su cerebro

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Nazareth Castellanos, neurocientífica con experiencia en el King's College de Londres y el Instituto Max Planck de Alemania, presenta en su nuevo libro "El puente donde habitan las mariposas. Biosofía de la respiración" (Editorial Siruela) una propuesta revolucionaria: la respiración consciente como herramienta para esculpir el cerebro en desarrollo.

Castellanos explica que el cerebro infantil posee una capacidad única de reorganizarse, similar a la plasticidad de la arcilla. "La plasticidad cerebral permite que se generen redes neuronales que mejoran la atención, la memoria y el procesamiento emocional", señala. Esta cualidad abre la puerta a intervenciones sencillas pero poderosas: desde observar las propias emociones hasta practicar técnicas de respiración.

La investigadora destaca que pequeños hábitos pueden marcar diferencias significativas: "Cuando un niño aprende a observarse en momentos de calma o de intensidad emocional, ya está predisponiendo su cerebro a desarrollarse de forma más saludable".

Respirar para regular emociones

Uno de los hallazgos más llamativos de sus estudios revela cómo la respiración modula las estructuras cerebrales vinculadas a las emociones. "Enseñar a los niños a usar su propia respiración como herramienta es regalarles un recurso para toda la vida", afirma Castellanos. Su equipo en la Fundación está diseñando protocolos científicos para implementar estas prácticas en escuelas, incluso con niños de seis o siete años.

"Los niños también experimentan estrés", advierte. "Aunque luego jueguen como si nada, necesitan aprender a reconocer sus emociones y a encontrar refugio en su propio cuerpo".

Resiliencia y referencias emocionales

Castellanos cita estudios del psicólogo George Bonanno (Universidad de Columbia) que demuestran cómo las figuras de referencia —padres, maestros o incluso deportistas— pueden activar la resiliencia en niños que enfrentan dificultades. "Un maestro no solo enseña matemáticas; su cerebro se sincroniza con el de sus alumnos, especialmente con aquellos en situaciones vulnerables", explica. Por eso insiste en la necesidad de cuidar a los educadores: "Son faros emocionales para muchos niños".

Hábitos que previenen el sufrimiento

La neurocientífica alerta sobre un dato contundente: la mayoría de las personas arrastran heridas psicológicas sin tratar, que afectan su bienestar y relaciones. "No todo sufrimiento puede evitarse, pero muchos hábitos dañinos sí", sostiene. Compara este descuido con ignorar la salud física: "Hemos normalizado hacer ejercicio y comer bien, pero dejamos nuestra psicología a la deriva".

Su propuesta es clara: integrar el cuidado mental en la educación temprana. "Si un niño aprende a apoyarse en su respiración o a gestionar emociones básicas, estará mejor equipado para los desafíos de la vida".

Castellanos lo dice desde la experiencia: "Yo descubrí estas técnicas a los 40 años y pensé: '¿Cómo hubiera sido mi vida si me las hubieran enseñado antes?'".

"El puente donde habitan las mariposas" no es solo un libro científico; es un llamado a repensar cómo acompañamos el desarrollo infantil. En sus páginas convergen la neurociencia más rigurosa y una pregunta ética: ¿Qué cerebros estamos ayudando a moldear?

© SomosTV LLC-NC / Photo: © Siruela

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