
La importancia del juego entre niños y niñas en edad preescolar
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En los primeros años de vida, los niños desarrollan habilidades sociales fundamentales a través del juego. Sin embargo, es común observar que, desde edades tempranas, tienden a agruparse por sexo: los niños con niños y las niñas con niñas. Este comportamiento, aunque natural en cierta medida, puede limitar su desarrollo social y emocional si no se fomenta también la interacción entre ambos géneros.
¿Por qué es beneficioso el juego entre niños y niñas?
Desarrollo de habilidades sociales más amplias
Jugar con compañeros de ambos sexos ayuda a los niños a aprender diferentes formas de comunicación, cooperación y resolución de conflictos. Las niñas suelen desarrollar más habilidades verbales y emocionales, mientras que los niños tienden a enfocarse en juegos físicos y competitivos. La interacción entre ambos enriquece su repertorio social.
Reducción de estereotipos de género
Cuando los niños solo juegan con pares de su mismo sexo, refuerzan roles tradicionales ("los niños son brutos", "las niñas son tranquilas"). En cambio, al compartir actividades, descubren que no hay juegos "de niños" o "de niñas", sino simplemente diversión.
Mayor adaptabilidad en el futuro
En la vida adulta, las personas interactúan constantemente con individuos de todos los géneros. Si desde pequeños normalizan estas relaciones, les será más fácil desenvolverse en entornos diversos, como la escuela, el trabajo y las amistades.
¿Cómo evitar que se separen por sexo en el juego?
Ofrecer juguetes y actividades neutras
En lugar de fomentar solo coches para niños o muñecas para niñas, introducir juegos de construcción, arte, disfraces o actividades al aire libre que atraigan a todos por igual.
Organizar dinámicas grupales mixtas
Los educadores y padres pueden proponer juegos en equipos que mezclen niños y niñas, como circuitos de obstáculos, teatro o proyectos creativos.
Evitar etiquetas de género
Frases como "eso es de niñas" o "los niños no lloran" refuerzan la separación. Es mejor usar un lenguaje inclusivo: "Todos podemos jugar a lo que nos guste".
Dar el ejemplo
Los adultos son modelos a seguir. Si los niños ven que hombres y mujeres colaboran en casa, en el trabajo o en actividades cotidianas, normalizarán la interacción entre géneros.
No forzar, pero sí invitar
Si un niño se resiste a jugar con una niña (o viceversa), no hay que obligarlo, pero sí animarlo con frases como: "¿Por qué no pruebas? A lo mejor te diviertes".
© SomosTV LLC-NC / Photo: © Pavel Danilyuk-Pexels
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