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Cuando los niños asumen el rol de adultos
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mcora
Algunas frases que parecen halagos, como “es como una madre para sus hermanos” o “es un niño muy maduro para su edad”, pueden estar señalando una realidad más compleja. En psicología, se conoce como parentificación al proceso en el que un niño asume responsabilidades que no corresponden a su edad, adoptando un rol que debería desempeñar un adulto, dice La Vanguardia.
La parentificación puede darse por distintas razones. En algunos casos, los niños asumen este papel debido a una falta de apego en sus primeras etapas de vida. En otros, la ausencia de los padres por enfermedad, fallecimiento u otras circunstancias los obliga a encargarse de tareas que no les corresponden. Estas responsabilidades pueden ser tanto físicas, como cuidar de hermanos menores o gestionar el hogar, como emocionales, al convertirse en el apoyo principal de los adultos de su entorno.
A largo plazo, esta dinámica puede afectar la manera en que los niños parentificados se relacionan en su vida adulta. La falta de una estructura clara en su infancia puede hacer que les cueste definir su rol dentro de la familia y sus amistades. También pueden presentar dificultades para establecer límites y una tendencia a complacer constantemente a los demás, lo que muchas veces deriva en ansiedad o agotamiento emocional.
Identificar el Problema en la Vida Adulta
La psicóloga Nicole LePera, autora de Cómo ser el amor que buscas y Sánate, ha compartido con sus seguidores algunas señales para reconocer la parentificación en la edad adulta. Uno de los indicios más claros es sentirse excesivamente involucrado en la vida de la pareja o la familia.
“Por ejemplo, te sientes responsable de que consigan o mantengan un trabajo, de que cuiden de su propia salud o incluso de que arreglen sus relaciones”, explica LePera.
Esta sensación de responsabilidad desmedida puede afectar el estado de ánimo y generar emociones como agotamiento o resentimiento. “Debido a que asumes este papel, a menudo estás agotado, quemado y resentido. Esto se debe a que en realidad no eres responsable de los resultados de la vida de nadie más”, señala la psicóloga.
Otro de los efectos de este patrón es que se crean relaciones desiguales, en las que una persona da mucho más de lo que recibe. Según LePera, esto puede generar frustración y conflictos internos. “Cuando te des cuenta de que sientes resentimiento o mucha ira en tus relaciones, quiero que te preguntes: «¿Estoy asumiendo más responsabilidad por alguien que debería asumir la responsabilidad por sí mismo?»".
La parentificación es un fenómeno que puede pasar desapercibido, pero que tiene un impacto significativo en el desarrollo emocional. Identificarlo y reconocer sus efectos es un primer paso para modificar estos patrones y establecer relaciones más equilibradas en la vida adulta.
© SomosTV LLC-NC / Photo: © Bing IG
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