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Niños atendidos por abuelos dedican la mitad del tiempo a las pantallas

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Un estudio de la Universidad de Arizona, publicado en el "Journal of Children and Media", reveló que los niños estadounidenses pasan casi la mitad de su tiempo con los abuelos frente a pantallas, ya sea viendo televisión, jugando videojuegos o usando dispositivos móviles.

La investigación, liderada por Cecilia Sada Garibay y Matthew Lapierre, analizó cómo 350 abuelos (178 hombres y 172 mujeres, con una edad promedio de 55 años) gestionan el consumo de medios de sus nietos, de entre 2 y 10 años. Los participantes, que cuidaban a los menores al menos tres veces al mes, reportaron un promedio de siete horas por encuentro, con casi tres horas dedicadas a pantallas: dos a televisión y una a videojuegos o internet.

Sada Garibay, autora principal del estudio, explicó que la motivación surgió de observar diferencias en el uso de medios entre su madre y ella: "Mis hijos consumían contenido de manera distinta con su abuela.

Descubrimos que entender los medios es tan importante para los abuelos como para los nietos: algunos quieren ver junto a ellos, otros solo saber qué están viendo". Este enfoque destaca un fenómeno poco explorado: los abuelos no son meros cuidadores pasivos, sino agentes activos que moldean hábitos digitales.

Para gestionar el tiempo frente a las pantallas, los abuelos emplearon cuatro estrategias:

-Supervisión: Vigilar sin intervenir directamente.

-Instrucción: Explicar el contenido o contexto de lo que ven.

-Restricción: Limitar el acceso a ciertas plataformas o establecer horarios.

-Co-uso: Consumir medios junto al niño, como ver una película o jugar juntos.

La supervisión fue la táctica más común, mientras que el co-uso resultó la menos utilizada. Sin embargo, la elección de estrategias dependió en gran medida de la brecha digital. Los abuelos con mayor confianza tecnológica tendieron a discutir los riesgos de los medios o a compartir actividades, como jugar videojuegos. "Cuanto más seguros se sienten con la tecnología, más interactúan con el consumo de sus nietos", explicó Sada Garibay. En contraste, quienes tenían menos habilidades optaron por restricciones rígidas, como prohibir dispositivos después de cierta hora.

La edad y el género también influyeron. Los abuelos más jóvenes y aquellos con conocimientos digitales mostraron mayor disposición a supervisar, mientras que los abuelos, en general, supervisaban menos que las abuelas. "La brecha generacional no es solo tecnológica, sino de roles: tradicionalmente, las mujeres asumen más tareas de cuidado, lo que se refleja en cómo gestionan las pantallas", añadió Lapierre.

El estudio no solo exploró estrategias de mediación, sino también cómo el manejo de pantallas afecta las relaciones familiares. Los abuelos con percepciones negativas hacia los medios —por ejemplo, quienes los consideran una distracción o un riesgo— reportaron más desacuerdos con los padres de los niños. Estos conflictos, a su vez, redujeron la satisfacción en la relación familiar. "Los roces por el uso de pantallas suelen surgir cuando hay diferencias en valores educativos", señaló Sada Garibay. Por otro lado, las actitudes positivas —ver los medios como herramientas de aprendizaje— no generaron fricciones significativas, sugiriendo que la flexibilidad es clave para la armonía.

La convivencia también jugó un rol. El 35% de los abuelos nunca vivía con sus nietos, mientras que el 10% compartía hogar todo el año. Quienes cohabitaban temporal o permanentemente enfrentaron desafíos adicionales, como negociar normas de uso en espacios compartidos. "En estos casos, la falta de habilidades tecnológicas puede exacerbar tensiones: un abuelo que no entiende cómo configurar controles parentales depende más de la restricción física, como quitar dispositivos", explicó Lapierre.

El estudio subraya la importancia de la alfabetización digital intergeneracional. "Si los abuelos adquieren competencias tecnológicas, tienen mejores herramientas para mediar el consumo", concluyó Sada Garibay. Esto no solo mejoraría su interacción con los nietos —por ejemplo, al entender los juegos que les atraen—, sino que reduciría malentendidos con los padres. Programas comunitarios o tutoriales adaptados a adultos mayores podrían ser una solución, aunque el acceso a estos recursos varía según contexto socioeconómico.

Finalmente, la investigación plantea preguntas sobre el futuro del cuidado intergeneracional. Con el aumento de familias multigeneracionales y la omnipresencia de pantallas, la dinámica entre abuelos, padres y niños evoluciona. "No se trata de demonizar la tecnología, sino de integrarla de manera consciente", reflexionó Sada Garibay. "Los abuelos pueden ser puentes entre tradición y modernidad, siempre que cuenten con apoyo para navegar este equilibrio".

© SomosTV LLC-NC / Photo: © stockcake.com

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