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Consecuencias de exposición a pantallas empieza a notarse ya en edad preescolar
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En una reciente jornada de debate sobre la sobreexposición infantil a las pantallas, más de cuarenta participantes, muchos de ellos profesionales de la pediatría, analizaron los efectos negativos que este fenómeno tiene en el desarrollo de los niños. Los controles de salud realizados en guarderías a niños de 4 años han revelado un aumento preocupante de trastornos del desarrollo neurológico, como agitación, problemas del lenguaje, alteraciones del sueño y dificultades de concentración. Los especialistas señalan que la exposición temprana a las pantallas podría ser una de las causas principales de estos problemas.
Según estudios recientes, los niños de dos años pasan, en promedio, casi una hora al día frente a una pantalla, y esta cifra sigue en aumento.
Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y expertos nacionales recomiendan evitar el uso de pantallas antes de los tres años y limitar su uso bajo supervisión hasta los seis años. El Dr. Durand, uno de los participantes en la conferencia, destacó que los niños de hoy están desarrollando trastornos que las generaciones anteriores no experimentaron, y atribuyó este fenómeno a la omnipresencia de las pantallas en la sociedad moderna. Un estudio de 2019 reveló que los adultos miran sus pantallas un promedio de 222 veces al día, cifra que ha aumentado a 344 veces en 2023 en Estados Unidos. Estos hábitos también influyen en los niños, quienes adoptan estos comportamientos y pasan cada vez más tiempo frente a las pantallas.
¿Por qué es crucial limitar el uso de pantallas en los primeros años?
El cerebro de los niños pequeños se desarrolla a un ritmo acelerado, con hasta 1000 conexiones neuronales por segundo durante los primeros cinco años de vida. Estas conexiones se fortalecen a través de la interacción con el entorno, el juego, el movimiento y la exploración sensorial. Por el contrario, la exposición prolongada a las pantallas limita estas experiencias esenciales y puede obstaculizar el desarrollo del lenguaje, las habilidades motoras y la capacidad de concentración.
Los riesgos asociados a la sobreexposición a las pantallas son múltiples:
-Problemas de concentración: Un niño acostumbrado a las imágenes rápidas de las pantallas puede tener dificultades para concentrarse en actividades más lentas, como dibujar o leer.
-Trastornos del sueño: La luz azul emitida por las pantallas inhibe la producción de melatonina, lo que afecta la conciliación del sueño y su calidad.
-Dificultades sociales: Los niños necesitan interacciones reales para aprender a hablar y gestionar sus emociones. La falta de estas interacciones puede afectar su desarrollo social.
-Impacto en la visión: La exposición prolongada a las pantallas puede provocar una mala adaptación de la visión y trastornos oculares precoces.
La tecno-ferencia: interferencia de las pantallas en las relaciones familiares
Uno de los temas abordados en la conferencia fue la "tecno-ferencia", es decir, la interferencia de las pantallas en las relaciones entre padres e hijos. Cuando un padre está absorto en su teléfono, reduce los intercambios con su hijo, lo cual es esencial para un desarrollo saludable. Este fenómeno puede limitar la capacidad de los niños para desarrollar habilidades sociales y emocionales.
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