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Niños que disfrutan de dietas saludables no rechazan comida chatarra
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Un estudio realizado por investigadores de la Universidad Estatal de Ohio reveló que los niños en edad preescolar que siguen una dieta rica en frutas y verduras no están exentos de consumir alimentos poco saludables, como dulces, fritos y bebidas azucaradas. Los resultados, publicados en la revista "Maternal and Child Health Journal", desmienten la creencia común de que una alimentación saludable reduce automáticamente el consumo de lo que se conoce como "comida chatarra".
El estudio incluyó a 357 niños de entre 2 y 5 años, cuyos padres proporcionaron información sobre la frecuencia con la que sus hijos habían consumido ciertos alimentos durante la semana anterior. Entre los alimentos evaluados se encontraban frutas, verduras, leche, bebidas azucaradas, comida rápida, dulces y aperitivos salados. Cerca del 60% de los participantes eran de raza negra, y la mayoría formaba parte del programa Medicaid, que ofrece asistencia sanitaria a personas de bajos ingresos en Estados Unidos.
Sarah Anderson, autora principal del estudio, explicó que "asumimos que los niños que consumen una gran cantidad de alimentos saludables también serán niños que no comen alimentos que lo son menos". Sin embargo, los resultados mostraron que no existe una correlación directa entre el consumo de alimentos saludables y la reducción de alimentos poco saludables. En otras palabras, los niños que comían frutas y verduras con regularidad no eran menos propensos a consumir dulces, fritos o bebidas azucaradas que aquellos con una dieta menos equilibrada.
Anderson comparó este hallazgo con investigaciones previas que han demostrado que una persona puede ser activa y sedentaria al mismo tiempo. "Correr maratones los fines de semana no exime a una persona de estar sentada en la oficina la mayor parte del día", señaló. De manera similar, el consumo de alimentos saludables no elimina el deseo o la exposición a alimentos menos nutritivos.
En términos generales, el estudio mostró que aproximadamente la mitad de los niños consumían una o dos piezas de fruta al día, mientras que más de un tercio comía verduras varias veces al día. La mayoría de los niños bebía leche al menos una vez al día. Sin embargo, los padres también informaron que solo un tercio de los niños no había consumido bebidas azucaradas, como refrescos, durante la semana previa al estudio. Además, solo el 29% de los niños no había comido comida rápida en ese mismo período.
Estos resultados no sugieren que se deban abandonar los esfuerzos por promover una alimentación saludable en los niños. Anderson aclaró que "estos hallazgos no deben promover ningún cambio en las pautas alimenticias dirigidas a fomentar hábitos saludables y prevenir la obesidad infantil". Sin embargo, sí destacan la necesidad de abordar el consumo de alimentos poco saludables de manera independiente, en lugar de asumir que una dieta rica en frutas y verduras automáticamente desplazará a los alimentos procesados y azucarados.
El estudio también plantea preguntas sobre cómo los entornos alimentarios y las preferencias de los niños influyen en sus hábitos.
Aunque los niños pueden estar expuestos a alimentos saludables en casa, es probable que también encuentren opciones menos nutritivas en otros contextos, como en la escuela, en eventos sociales o a través de la publicidad. Esto sugiere que las estrategias para mejorar la alimentación infantil deben ser integrales, abordando no solo lo que se consume en el hogar, sino también las influencias externas.
© SomosTV LLC-NC / Photo: © Bing IG
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